¡Con ustedes, Eva Miller!

ES tan hermosa como intelectual. Eva Miller, la francesa que enamoró a Vicente Herrera y se vino a Valencia para enamorar a España entera del mundo del circo, está en Melilla presentando el primer Festival Didáctico Cultural del Circo. Dice la grandísima estrella: «Mientras haya niños de 1 a 90 años yo, personalmente, me encargaré de que el circo nunca muera». Ella ha sabido evolucionar, como el circo, a mejor. Ofrece la mejor cara de este mundo de ilusiones, que la tiene: la cultura. El circo es la puesta en escena de sensaciones. Algunas son fingidas por necesidades del guión, otras auténticas porque emanan del más sincero corazón que, normalmente, pertenece a personas románticas.

Eva ofrece a pequeños y mayores una lección de arte. El artista malabarista, acróbata, payaso, trapecista llega a la carpa con determinado estado de ánimo. Aspira el aire del circo y se prepara para la transformación en un ser que irradia ilusión. Da igual que el artista esté cansado, triste, feliz o desencantado de la vida. Lo suyo es ser capaz de regalar felicidad.

Y lo consigue. El melillense puede seguir este proceso de transformación y de profesionalidad en este Festival que divierte educando, que cultiva al ser humano a base de sonrisas. Los integrantes de esta agrupación de artistas mandan en el circo español. Tienen categoría a prueba de bombas y saben que se puede sembrar cultura sobre la base del espectáculo. Eva Miller es el mascarón de proa de una nave destinada a las más apacibles travesías. El viaje de la bonhomía.