MERCADOS. Los mariscos con concha tendrán que venir de otros puertos. / ARCHIVO. SALVADOR SALAS
MÁLAGA

Una toxina que ingieren los moluscos obliga al cierre de estos caladeros en el litoral de Málaga

La marea roja, llamada así porque el mar se tiñe de ese color, la causa una sustancia que puede provocar episodios paralizantes Se prohíbe la pesca de concha finas, búsanos y almejas, lo que afectará a 150 barcos y 200 marineros de la provincia

PILAR R. QUIRÓS

Sábado, 19 de enero 2008, 02:50

Los marisqueros empiezan el año con mal pie. Una nueva marea roja, llamada así por los pescadores ya que el mar se tiñe de rojo, ha llevado a la Consejería de Pesca a prohibir la pesca de moluscos bivalvos y de gasterópodos en todo el litoral de Málaga. La Junta ha cerrado los caladeros de concha fina, coquina, chirla, almeja, chocha, almeja blanca, mejillón, bolo, búsano, cañaílla, vieira y corruco desde Nerja a Sabinillas, por lo que de encontrarse estos moluscos en los mercados deberán provenir de otros puertos.

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La culpable es la toxina PSP, que puede producir episodios paralizantes en los humanos. Actualmente es el alga 'Gymnodium catenatum' la que contiene esta toxina, que contamina a los moluscos porque son filtradores y almacenan la contaminación en su organismo. No obstante, los mariscos afectados no sufren ningún tipo de alteración en sus características ni les afecta en sí, la única afección se genera cuando éstos son consumidos.

Síntomas

El problema sanitario se produce cuando estos moluscos son ingeridos por el hombre. Los síntomas de la PSP o toxina paralizante se manifiestan a los pocos minutos de haber ingerido el molusco contaminado, y se caracterizan por el cosquilleo, calor, adormecimiento de los labios, lengua, cara, boca, cuello y extremidades, nauseas, mareos y vómitos y dificultad para respirar.

El efecto en el humano podría pasar por ir paralizando todo su cuerpo y su cerebro hasta provocarle la muerte. Por eso, y como medida de prevención, y siguiendo las directrices de la Unión Europea, los biólogos de Pesca realizan todas las semanas unos análisis en las costas malagueñas para ver si se detectan ésta y otras toxinas (como la ASP o amnésica o la DSP o diarréica) para garantizar si los moluscos son aptos para el consumo.

La medida afectará a la flota marisquera de Málaga, que ya está amarrada a puerto. Son 150 barcos y 200 tripulantes, que recibirán ayudas si el cierre total del caladero de moluscos supera los 21 días.

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El abastecimiento de moluscos a los sectores de restauración y a los mercados tendrá que proceder de otros caladeros de fuera de la provincia cuyas especies tengan todas las garantías sanitarias para su consumo.

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