Competición de altos vuelos
El malagueño Jonathan Girabel se proclama campeón andaluz de Acrobacia en aviones teledirigidos de gran tamaño en el Hipódromo de Mijas
TEXTO Y FOTOS: M. J. CRUZADO
Lunes, 10 de diciembre 2007, 09:15
«NUNCA he rechazado competir a pesar de que las condiciones sean adversas. Más que un hobby, es una pasión». Fueron las primeras palabras del ... malagueño Johathan Girabel tras proclamarse ayer campeón andaluz de acrobacia en aviones teledirigidos de gran tamaño en el Hipódromo Costa del Sol de Mijas. Ni el fuerte viento, que impedía realizar grandes piruetas en el aire, ni el intenso sol que cegaba a los participantes, impidieron que este piloto de 22 años que lleva 15 en competición se alzase por segunda vez consecutiva con el título andaluz bajo el dorsal 31 con una maqueta Katana de 2,60 metros de envergadura. El juez principal de la competición, el jiennense Alfonso Codes, calificó el aterrizaje de su avión de «perfecto» a pesar de que la climatología no acompañó demasiado al lucimiento de los concursantes. «El fuerte viento y el sol de frente han sido los peores enemigos de los pilotos. A pesar de ello, el nivel ha sido bastante alto», sentenció.
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La prueba fue un espectáculo digno de verse. Los nueve participantes realizaron diversas piruetas acrobáticas con sus aviones radiocontrolados, con un acompañamiento musical y dejando estelas de humo de colores para que público y jueces pudieran seguir con detalle las evoluciones de estos modelos, que requieren un gran dominio técnico para su manejo.
Salvador Ramírez, presidente del Club Aeromodelismo Alas de Mijas, explicó como anfitrión del evento que todos los aviones poseen un volumen importante, con motores de más de cien centímetros cúbicos, «lo que hace necesario que los pilotos cuenten con una gran experiencia», comentó.
El campeonato, organizado por la Federación Andaluza de Aeromodelismo y el Patronato de Deportes del Ayuntamiento de Mijas, contó ayer con otro campeón, esta vez en la categoría básica, el granadino Ángel Ocaña que, con tan sólo 12 años, se alzó con el reñido galardón. «Participo en competiciones desde los 10 años y me encanta este deporte... pero no me preguntes cuánto cuesta mi maqueta... de eso se encarga mi padre», señaló.
A precio de oro
Los precios de estos aviones en miniatura, que pueden alcanzar en algunos casos los 100 kilómetros por hora, oscilan entre los 2.000 y los 7.000 euros, sin contar el precio del seguro. A esto hay que añadir las constantes reparaciones y las cuotas como miembros de un club de aeromodelismo, imprescindibles para aprender el manejo de las maquetas y tener campos adecuados de entrenamiento.
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José Antonio Pérez, que competía en la categoría básica, tuvo que arreglar su avión en el mismo campo de vuelo después de que se le rompiera el tren de aterrizaje, cuando finalizó la prueba. «Los pilotos tenemos que entender de carpintería, pintura, mecánica y electricidad», apuntó. En Málaga existen cuatro clubes de aeromodelismo y unos 500 federados que practican este deporte de altos vuelos.
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