Los especialistas recomiendan distinguir entre los despistes y los fallos de memoria
M. MEDIAVILLA
Lunes, 3 de diciembre 2007, 11:05
No hay que alarmarse cuando un familiar tiene un despiste como ir a la cocina y no acordarse a qué, ni por el típico «no ... me sale el nombre» de alguien. Pero sí hay que prestar atención, aclara el especialista Pablo Martínez-Lage, al «fallo de memoria reciente, repetido día tras día». Y también a la reiteración de una misma pregunta en breves espacio de tiempo o a la machacona narración del mismo episodio, incluso al poco rato de haber hecho notar que «ya me lo has contado», según aclara este neurólogo.
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Una pista importante la da, en el ámbito del lenguaje de uso común, la insistencia en esa «palabra en la punta de lengua» que, además de no salir, se sustituye habitualmente por expresiones tan inconcretas como «la esta» o «la aquella».
En cuanto a la personalidad y el comportamiento, pueden resultar significativos los cambios de carácter -depresión, irritabilidad-, la apatía y el retraimiento. También es sintomático el abandono de aficiones, como el juego de cartas, que podría estar motivado por sentimientos de inseguridad ante la imposibilidad de recordar las reglas el juego o el siguiente paso en una partida.
En la fase inicial del alzhéimer, el paciente suele darse cuenta de que algo va mal en su cerebro y tiende a disimularlo y a fingir normalidad. De hecho, lo consigue muchas veces fuera de su círculo más cercano. Este puede notar mejor los cambios, y por eso tiene la clave de un diagnóstico temprano.
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