MÁLAGA

Un adolescente en moto reta a la policía y provoca una persecución a gran velocidad por la ciudad

El menor, de 17 años, insultó a los guardias que vigilan las carreras en la calle Pacífico y llegó a circular a más de cien kilómetros por hora. Durante su huida, el joven chocó con dos vehículos y lanzó varias patadas a uno de los funcionarios para intentar tirarlo al suelo

J. CANO

Martes, 13 de noviembre 2007, 09:11

Todo comenzó con un cruce desafiante de miradas. Un insulto provocador acabó de caldear los ánimos: «¿Chivatos, cabrones!». Eran la una y cuarto de la ... madrugada del domingo. El supuesto autor del improperio, un adolescente de 17 años, retaba de este modo a una pareja de policías locales. Acto seguido hizo un caballito con su ciclomotor y se dio a la fuga, provocando una persecución a más de 100 kilómetros por hora por la zona Oeste de la capital, según informaron fuentes policiales.

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La carrera se inició en la calle Pacífico. Al parecer, el menor -que según las descripciones era moreno, de pelo corto y no llevaba puesto el casco- se acercó a los agentes -que integraban un dispositivo especial de vigilancia para erradicar las carreras ilegales- a bordo de una moto, de la marca Piaggio, y al parecer les descalificó. Tras ello se dirigió a un grupo de jóvenes motoristas y, al comprobar que los policías le seguían, huyó por la calle Princesa a todo gas hasta la avenida Juan XXIII.

La conducción temeraria del adolescente puso en peligro la seguridad de muchos conductores, que se vieron obligados a frenar para esquivar su frenética carrera. Durante el seguimiento, uno de los policías logró ponerse a su altura. En ese momento, el menor supuestamente la emprendió a patadas con el agente a fin de tirarle y evitar ser detenido.

Superado el forcejeo, el joven continuó su huida hacia la avenida José Ortega y Gasset, donde llegó a colisionar con un turismo. Siguió su marcha y chocó de nuevo en el Carril del Ciprés contra el paragolpes de un Ford Mondeo que estaba estacionado.

Huida a pie

Tras el golpe, el adolescente cayó al suelo y salió corriendo hacia el Parque del Norte. Los agentes retiraron la moto y lo persiguieron sin éxito. Una vez en el parque, los funcionarios se cruzaron con un grupo de jóvenes que le preguntaron por el protagonista de la huida. Uno de ellos incluso intentó desorientarles afirmándoles que la moto era suya y que se la habían robado.

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Los agentes de Atestados de la Policía Local solicitaron al Grupo de Escoltas, Menores y Atención Ciudadana (Gemac) que realizara gestiones para localizar al conductor. Éstos identificaron al dueño de la moto, que les explicó que la había vendido. Los policías identificaron a la compradora, una mujer. Cuando le preguntaron por la moto, ella aseguró que se la habían robado. Sin embargo, las investigaciones de los agentes apuntaban, precisamente, a su hijo.

La mujer accedió a presentarse más tarde en compañía del menor, que finalmente reconoció ser el conductor del ciclomotor y fue detenido. Tras prestar declaración, el joven fue puesto en libertad y citado para comparecer en la Fiscalía de Menores.

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En los últimos meses se ha puesto de moda entre los jóvenes el provocar a la policía para que ésta les persiga. ¿El trofeo? Lograr escapar.

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