La llave más melillense

El Rey recibió, en el Salón Dorado de la Asamblea, la Llave de Melilla y todos los melillenses han de saber que el objeto, la joya, no ha tenido que pasar por manos profesionales de orfebre extraño alguno. Lo han hecho -ciento por ciento- los artistas de Joyería Victoria. La llave es de oro puro y contiene la leyenda 'Ciudad de Melilla' en uno de sus lomos.

Y es que se ha trabajado duro, a destajo porque los Reyes comunicaron su visita sólo una semana antes, por ello el privilegiado taller joyero echaba humo. Había que plasmar en el noble metal 17 centímetros de alegoría artística, valorado en más de 6.000 euros. Pero la ocasión lo merecía, la Llave de Melilla ha viajado de la mano de los Monarcas españoles a los no menos nobles salones del Palacio de la Zarzuela, la sede de la Jefatura del Estado español

No ha sido fácil

En seis días había que manipular el oro, conseguir la forma definitiva de la llave y, sobre oro, bañarla una y otra vez con el mismo producto hasta conseguir el 'efecto admiración', es decir, que el producto deslumbrara.

La joyería en cuestión, con medio siglo de presencia y trabajo en Melilla, lo consiguió y cómo. Don Juan Carlos invirtió buenos segundos en admirar esa llave que le convierte en el primer melillense. En Joyerías Victoria son cautos y parcos al hablar: «había que estar a la altura de las circunstancias, era nuestro mejor trabajo».

El esfuerzo de unos profesionales referentes del ramo de joyería se ha convertido en símbolo e historia. Es la primera vez que un jefe de Estado recibe la Llave de Melilla. «Sólo podemos decir que nos sentimos honrados y estimulados a seguir trabajado».

La Reina Doña Sofía también ha recibido un presente, un anillo del que, nos piden, no hagamos mayores alusiones. Melilla no sólo ha triunfado en la calle, sino también en los mejores talleres artesanos.