Denuncian una presunta negligencia en una residencia canina de la comarca

La pareja llevó al perro a un veterinario de urgencias a las cinco de la mañana. «Las pruebas realizadas apuntaban que el animal tenía algo en el estómago», comentó Lara, «así que lo vio otro veterinario y el perro estuvo ingresado una semana».

El informe elaborado por el médico indica, entre otros extremos, que el perro padecía una pancreatitis, que el tamaño del ciego duplicaba a las proporciones habituales en un animal de su especie y que tenía daños en el bazo. Además, el profesional atribuyó estos síntomas a la ingesta continuada de aguas fecales. Por otro lado, el otro perro de la pareja presentaba hongos en la piel.

Diagnóstico

El veterinario que atendió al perro, Enrique Aguilar, concretó que padecía una gastroenteritis hemorrágica, con 70 centímetros del intestino delgado necrosado por completo. Además, aseguró que las pruebas víricas, las biopsias y otros análisis revelaron que el boxer había ingerido aguas fecales durante un período prolongado de tiempo. A las preguntas de este diario, Aguilar respondió que «es perfectamente posible contraer esta enfermedad en 12 días». No obstante, matizó que no puede afirmar ni desmentir si la enfermedad se contrajo en el centro canino Campo de Gibraltar por no haber visto la factura de la permanencia del animal en las instalaciones.

La ausencia de factura es uno de los argumentos que el responsable del centro, Daniel Bensusam, esgrime a su favor. Así, el encargado aseguró que no consta la estancia del perro en su registro. Los denunciantes, por su parte, insisten en que el animal estuvo allí. «Unos amigos nuestros fueron a verlos en un par de ocasiones y nos dijeron que no estaban en buenas condiciones», declaró Lara. Bensemsam, por su parte, invitó a «todo aquel que quiera comprobarlo» a visitar el centro para ver las instalaciones.