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A. TORICES
Domingo, 12 de agosto 2007, 04:20
La Policía Nacional localizó ayer en el aeropuerto madrileño de Barajas a un ex miembro de la banda terrorista ETA, que en apariencia sufre un trastorno mental, y que desde hace cuatro días vivía y dormía como uno más de los muchos indigentes que se han instalado en los alrededores de las terminales aeroportuarias.
Los agentes policiales, a la vista de la posible patología psíquica que presentaba, decidieron trasladar a Martín Izaguirre Arbize al Hospital Ramón y Cajal de Madrid para que fuese atendido por los especialistas, según informaron fuentes policiales.
Sin causas pendientes
Los policías que realizan servicio en el aeropuerto se percataron de la condición de ex terrorista de Izaguirre cuando comprobaron su identidad en la base de datos, trámite que también les permitió saber que en este momento no cuenta en España con ninguna causa judicial o sentencia pendiente de cumplir.
Las gestiones que realizaron para comprobar las actividades del ex etarra indican que aterrizó en Madrid el pasado 8 de agosto en un avión procedente de Cuba, país al que se marchó en la década de los noventa, después de cumplir una condena por delitos de terrorismo. Desde el miércoles se había quedado a vivir en el aeropuerto de Barajas.
Martín Izaguirre Arbize fue condenado por la Audiencia Nacional por el intento de secuestro en el año 1982 del empresario y ex concejal de la población guipuzcoana de Tolosa, Luis Astiazarán Iraola, una acción que entonces le fue atribuida a la rama político-militar de la organización terrorista.
Este etarra, junto a otros compañeros de comando entre los que se encontraban Juan Carlos Lacertúa Urrutibeascoa y Antonio Gabiola Goyonaga, alias 'Casquillos', intentaron secuestrar el 17 de julio del año 1982 a Astiazarán, en la localidad guipuzcoana, como represalia a su negativa a ceder a la extorsión de la banda terrorista ETA, que le reclamaba el 'impuesto revolucionario'.
El empresario, que detectó la presencia de los miembros del comando en el garaje, cuando iba a recoger su coche, sacó su pistola y abrió fuego contra los etarras, que respondieron con sus armas, sin que el industrial resultase herido. Los terroristas se dieron a la fuga sin haber logrado su objetivo.
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