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FORMACIÓN. Jesús López es el coordinador de la Escuela de Hostelería de Melilla. / SUR
Jesús López Postigo, coordinador de la escuela de 'Hostelería de Melilla": «Llevar platos lo puede hacer cualquiera, pero atender una mesa no»
Melilla

Jesús López Postigo, coordinador de la escuela de 'Hostelería de Melilla": «Llevar platos lo puede hacer cualquiera, pero atender una mesa no»

«Mi objetivo es convertir a la Escuela de Hostelería de Melilla en una de las más punteras a nivel nacional» «Todavía no hay un boom de camareros y cocineros»

Mª CARMEN PALMA

Miércoles, 25 de julio 2007, 13:48

En una ciudad donde el sector servicios es la principal fuente de trabajo, la Escuela de Hostelería cumple un papel fundamental, sobre todo en la formación de camareros y cocineros, una profesión muy demandada en Melilla. Eso lo sabe bien el coordinador de este centro, Jesús López Postigo, quien explicó en el programa 'Los desayunos del Parador' de Onda Cero cómo funciona la Escuela de Hostelería, cuáles son los cursos que se están desarrollando y qué futuro espera a los que finalizan sus estudios.

¿Cuántos alumnos hay y cómo es la formación que se ofrece en estos momentos en la Escuela de Hostelería?

Ahora mismo hay 45 alumnos y hay en marcha tres cursos, uno de pastelero-repostero de restaurante, que ha empezado nuevo este año, otro de cocinero y otro de camarero de jefe de rango. La formación se basa, sobre todo, en el trabajo y la responsabilidad, por eso más del 75 por ciento son clases prácticas. En cuanto al día a día en la escuela, se entra a las 9.00 horas y dan idiomas, aplicado a la hostelería, a las 11.00 horas tienen la especialidad de cocina y a las 12.00 horas bajan al restaurante a hacer las prácticas.

¿Cómo está funcionado la escuela?

Pues muy bien, mi objetivo es que sea una de las Escuelas de Hostelería punteras en España, además, me lo ponen muy fácil a la hora de traer docentes u organizar seminarios, ya que me permiten traer a los que consideramos el número uno a nivel nacional.

Habrá quien piense que toda la vida ha habido camareros y cocineros y nunca ha habido escuela, ¿por qué se crea una Escuela de Hostelería?

Bueno, yo soy camarero, y se me llena la boca al decirlo, lo prefiero antes que el puesto de coordinador, y para eso estuve dos años en una Escuela de Hostelería y un año en la universidad y cuando la gente se entera me dice que cualquiera se puede meter a camarero. Llevar platos lo puede hacer cualquiera, pero atender una mesa o servir una comida es bastante complejo.

¿Qué categorías hay en el mundo de la hostelería?

Es un poco lioso, en hostelería nos basamos, sobre todo, en responsabilidades. Por ejemplo, la palabra camarero significa persona que limpia habitaciones y el concepto similar sería un jefe de rango, ya que le das una responsabilidad, un grupo de mesas para atender y es su responsabilidad. Si un plato sale frío la culpa no es del cocinero, es de la persona que lo ha servido, por eso se exige que sea profesional. Ahora mismo, por suerte o desgracia, se ha puesto muy de moda la gastronomía y el público cada vez entiende más de comida, pero hay un fallo muy serio por ejemplo cuando el cliente sí sabe lo que es el jamón ibérico y el camarero no y ahí se genera un conflicto.

En la Escuela de Hostelería la formación dura un año, ¿es suficiente o se necesitaría algún complemento?

Lo cierto es que se va un poco a marchas forzadas porque dura sólo un año y el ritmo es muy duro. Además, tienen una serie de seminarios y entre eso y la formación que se les da los alumnos, tienen que apretar mucho para seguir el ritmo del curso. No es fácil la Escuela de Hostelería, aunque sí ofrece un abanico bastante amplio de posibilidades.

¿Hay el mismo número de alumnos que se forman para cocinero que para camarero?

Sí, en principio los cursos son para 15 personas y es cierto que ahora mismo hay un boom de cocineros y la prueba la tenemos con Ferrán Adriá, Martín Berasategui, que están muy de moda, y parece que los camareros pasan a un segundo plano. La explicación que yo le doy a eso es porque si a alguien le gusta la creatividad tiene que irse a la cocina y si se les da mejor el don de gentes y el público deben irse a sala.

¿Cuáles son los objetivos de los alumnos de la Escuela de Hostelería, quedarse aquí en Melilla, marcharse?

Nos encontramos con un poco de todo. Hay que reconocer que aquí en Melilla todavía no hay ese boom de camareros y cocineros como puede pasar en Málaga, que es una salida profesional muy importante de Andalucía. En Melilla todavía no está el boom, aunque sospecho que se está dando ya. De todas formas, hay alumnos que entran un poco sin saber adónde van y cuando ven el oficio les encanta el trabajo.

¿Los alumnos llegan a la escuela porque realmente les gusta este trabajo o como una opción para encontrar una salida profesional?

Bueno, la verdad es que hay un poco de todo, ya que hay un porcentaje alto que sí lo hacen porque habían escuchado hablar antes de la Escuela de Hostelería, y les gusta, y hay otros, un 30 por ciento aproximadamente, que en un principio entran porque sí y después, una vez allí, descubren un oficio.

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