El metro entrará en servicio sin abordarse su único problema de tráfico

Si se cumplen las últimas previsiones, el metro de Málaga empezará a rodar a mediados de año, pero lo hará sin que se hayan resuelto los problemas de tráfico que se generarán en el punto más conflictivo de su trazado en superficie por Teatinos (línea 1). Se trata del cruce del bulevar del campus universitario con la calle Jiménez Fraud, un punto donde confluyen los vehículos que se dirigen o proceden de las facultades, el hospital y barriadas como El Romeral, El Cónsul o Torre Atalaya. Los atascos ya están a la orden del día en esta zona (el enlace con la autovía es uno de los puntos negros de la ciudad por su alta concentración de accidentes), especialmente en las horas punta, una situación que se agravará cuando cada seis o siete minutos, los semáforos que se acaban de instalar en este paso a nivel sin barreras se pongan en rojo para que el metro pueda seguir su camino en superficie, lo que interrumpirá durante unos segundos el tráfico rodado, incluido el de las ambulancias.

Tanto la Junta como el Ayuntamiento admiten este problema, del que los vecinos de la zona vienen alertando desde hace años, pero ni una ni otra administración están dispuestas a asumir el coste de una actuación que garantice una mayor fluidez sobre el asfalto. El soterramiento de la calzada o la creación de un paso elevado parecen descartados por una simple cuestión económica, y se barajan otras alternativas más baratas como la construcción de una gran rotonda o la habilitación de un segundo carril en dirección autovía que, aunque no evitaría la interrupción del tráfico por una vía por la que cada día discurren miles de vehículos, sí que permitiría reducir la probabilidad de taponamiento.

«No es un problema de un barrio, es un problema de ciudad porque por aquí pasan miles de personas cada día. Desde hace tiempo venimos advirtiendo de que la caravana va a llegar hasta la avenida de Andalucía», afirma el presidente de la asociación de vecinos de El Romeral, Romualdo Núñez, quien critica que las administraciones se amparen ahora en la escasa disponibilidad presupuestaria «cuando la realidad es que todo esto es el resultado de una mala planificación de unos y otros».

Una planificación más o menos acertada, pero también un ejemplo más de las dificultades de que Junta y Ayuntamiento se pongan de acuerdo en una cuestión relacionada con el metro. En el gobierno municipal consideran que, aunque la situación del tráfico en la zona «ya es importante», este tramo «va a tener una afectación significativa derivada en casi su totalidad por el paso del tranvía en superficie». «Como la afectación viene del metro, le hemos pedido en varias ocasiones a la Junta, incluso con mociones aprobadas en pleno, que adopte las medidas necesarias para garantizar la movilidad en la zona», remarca el concejal de Movilidad, Raúl López.

Obras de movilidad

Unas peticiones que han caído en saco roto. Desde la Consejería de Fomento argumentan que los atascos en momentos puntuales ya existen y que, por tanto, no guardan relación alguna con el metro. Lo que sí reconocen es que «indudablemente se agravarán», pero a lo más que llegan es a ofrecer al Consistorio que presente un proyecto y lo incorpore al listado de obras de movilidad sostenible que se le exige para compensar los 32,3 millones de euros que tiene que aporta como participación en la construcción de las líneas 1 y 2. Algo que en la Casona del Parque no contemplan.

Ante la incapacidad de encontrar una salida, el Ayuntamiento ha planteado la posibilidad de incorporar a un tercer interlocutor, la Universidad de Málaga (UMA), a la que lleva tiempo reclamando que culmine las obras de prolongación del bulevar Louis Pasteur. «Lo que hemos propuesto a Fomento es convocar una reunión a tres bandas, o incluso a cuatro si se incluye a la concesionaria Metro Málaga, para buscar una salida que nos venga bien a todos y luego empezar a negociar su financiación», explica López, quien subraya que la UMA es «la primera interesada» en que se produzca un desarrollo ordenado de los desplazamientos por el campus. En este sentido, asegura que la institución docente ha solicitado que, para facilitar la salida de sus alumnos la calle Jiménez Fraud, se modifique el sentido de uno de sus tres carriles, de forma que haya dos viales hacia la autovía y uno hacia El Romeral. Una propuesta que ha sido descartada por el Área de Movilidad porque ello supondría dejar un único carril de acceso al hospital, lo que podría dificultar el paso de ambulancias.