Ladrones de cobre dejan sin luz una urbanización y un campo de fútbol

Los ladrones de cobre han vuelto a hacer estragos. Esta vez, han dejado sin luz el campo de fútbol de Guadalmar y una urbanización del distrito de Churriana, donde han sustraído unos tres kilómetros de cable del tendido.

Por orden cronológico, el primero de estos robos, que están siendo investigados por la policía, se produjo hace unos días en la entidad de conservación El Retiro -situada junto a la carretera de Coín-, donde vive cerca de un centenar de familias.

La urbanización se quedó sin suministro eléctrico en todas zonas comunes durante varias horas. Los vecinos comunicaron la incidencia a la junta de distrito, que envió a los operarios de la empresa encargada del mantenimiento del alumbrado público para la zona de Churriana.

Los electricistas acudieron al lugar pensando que se trataba de una avería, y se encontraron con un robo. Los ladrones forzaron el cuadro de la luz, abrieron todas las arquetas y sustrajeron unos tres mil metros de cable de cobre.

El segundo caso tuvo lugar este fin de semana. El escenario, el campo de fútbol del Club Deportivo Guadalmar. Lo descubrieron el lunes por la mañana. «Pensábamos que habían entrado solo en el bar», explica el presidente de la entidad, Miguel Gómez. «Al llegar por la mañana -prosigue- vimos que habían quitado los tornillos del techo de uralita y lo habían desmontado; por ahí sacaron una plancha de cocina, valorada en casi mil euros, y las botellas de licor».

Desde el club se dio aviso a la sala del 091, que envió a los agentes de Policía Científica para que hicieran una inspección ocular en busca de huellas de los autores.

Ya por la tarde, cuando se disponía a comenzar los entrenamientos, el presidente de la entidad se percató de que había una arqueta levantada. «Nos pusimos a comprobar las demás y estaban todas igual. Se habían llevado los cables. Después de que somos el club más pobre de Málaga, que hasta tenemos el campo de albero en vez de uno de césped, van y nos roban», cuenta.

Candado roto

Los ladrones habían sustraído unos 280 metros de las instalaciones. Para ello, tuvieron que entrar antes en el colegio de Guadalmar y manipular el cuadro de donde sale el tendido hacia el campo de fútbol, que se encuentra en el patio. «Rompieron el candado del armario y le dieron un tirón a los cables, que se quedaron sueltos, sin importarles nada. Han podido provocar un accidente muy grave si a un niño le da por abrir la puerta y tocarlos...», dice Gómez.

El presidente del club, en el que están apuntados unos 150 jóvenes de todas las categorías, asegura que no tienen dinero para reponer el cable, por lo que hizo un llamamiento al consistorio para que repare las instalaciones «lo antes posible». De lo contrario, se verían obligados a dejar de entrenar: «Con el cambio horario, a partir de la semana que viene a las seis ya es de noche».