Toby, el perro tuneado

Sin embargo, el ingenio de su dueño, el artista y escultor afincado en Torre del Mar Francisco Martín Molina, ha permitido que el animal, que sigue con la parte posterior paralizada, pueda moverse y correr como los demás perros gracias a un carrito tuneado con ruedas todo terreno de juguete que le posibilitan desplazarse con total normalidad. Toby se impulsa con sus patas delanteras, mientras que las traseras las arrastra sobre la estructura creada por su amo.

«Existen carros ortopédicos, pero son demasiado aparatosos. De modo que decidí aplicar la estética, porque le quita traumatismo a un tema ya de por si bastante triste. Utilicé un coche teledirigido de mi hija y se lo adapté a las características de mi perro. Desde entonces se hacen corrillos cada vez que lo saco a la calle», señala con orgullo el propietario de la mascota.

«Cuando lo ven pasear por el paseo marítimo de Torre del Mar muchas personas creen que lo llevamos así por gusto, que no está paralítico de verdad. Cuando conocen el motivo, la verdad es que despierta la simpatía de todo el mundo», confiesa Martín.

Popularidad

Toby ha adquirido gran popularidad entre los amantes de los animales, tanto que no hay un solo día en el que no llame la atención cuando es sacado a corretear con su carrito como si no le pasara nada.

«Se ha hecho más famoso que yo», advierte el artista, que ha terminado por hacerle una escultura para compensar todo lo que ha sufrido el animal. La pieza ha sido instalada recientemente en Rincón de la Victoria.

Martín confiesa que al principio todos los miembros de la familia lo pasaron bastante mal tras el incidente y que incluso estuvieron muchas noches sin dormir. Sin embargo, con el paso del tiempo han aprendido a asimilar mejor la nueva situación, que ha hecho que Toby se vuelva mucho más dependiente. «Cuando lo veía sufrir confieso que pensé muchas veces en que quizá sería mejor sacrificarlo. Mi mujer y mi hija se negaron siempre. Hoy me alegro de no haber tomado aquella decisión», dice con satisfacción el propietario de la mascota.

Según su mujer, María Soto, el animal se vuelve loco cada vez que ve el carrito. «Con este artilugio corre y se mueve con facilidad e, incluso, se acerca a los árboles siguiendo su instinto para señalarlos con su orina , aunque desde que sufrió la lesión no la puede controlar. Tenemos que ayudarle empujándole en el vientre», relata la dueña.

Martín sigue adaptando cada día el carro tuneado a las necesidades de su querida mascota. Y es que tras mucho observarle se ha dado cuenta de que con las patas traseras algo más sacadas se mueve con más soltura. En su taller tiene tres modelos distintos que va modificando en función de sus vivencias diariascon Toby, mascota a la que toda la familia se siente más unida que nunca. «Está mucho más mimado, en nuestra casa ocupa un lugar fundamental», subraya Martín.