«Queremos saber por qué murió nuestro hijo al nacer»
Los padres del bebé fallecido en el Materno dicen que el óbito se habría evitado si el parto se hubiese atendido antes
Ángel Escalera
Viernes, 15 de enero 2016, 00:35
Los padres del bebé que falleció en el Hospital Materno el pasado 7 de enero, a las pocas horas de nacer, reclaman una explicación convincente de por qué se produjo la muerte. Gregorio García y Yolanda Marcuende denuncian que el bebé habría vivido si el parto se hubiese atendido antes. «Mi hijo está muerto y debería estar vivo. La información que nos han dado sobre la causa del fallecimiento es indignante y contradictoria. Nos han contado varias versiones. Si el parto se hubiese llevado a cabo antes, tal como mi mujer y yo les pedimos, la situación sería otra», afirmó ayer a este periódico Gregorio García, padre del bebé.
Bruno García Marcuende nació sin latido, asfixiado y morado. Eran las 21.25 horas del 6 de enero, día de Reyes. El bebé murió pasadas las tres de la madrugada del 7 de enero. «Aunque el corazón de mi hijo volvió a latir tras 24 minutos de reanimación, las lesiones cerebrales que sufrió por el tiempo que estuvo en parada cardiaca eran incompatibles con la vida», explicó el padre del pequeño.
Gregorio García, que ha presentado una denuncia en el juzgado de guardia por estimar que hubo una negligencia, está en desacuerdo con las explicaciones que le han ofrecido en el Materno y critica que no aclaran lo sucedido. «Nos han dicho que las pruebas que le hicieron a mi mujer en el Hospital Clínico, centro que se encargó del seguimiento del embarazo, estaban mal. No nos podemos creer esa versión. El bebé estaba perfectamente. Lo que ocurrió fue que se retrasaron demasiado en sacarlo; cuando lo hicieron ya era tarde y el niño estaba muerto. Fue una negligencia», aseguró el padre.
A juicio de Gregorio García, la asistencia que se le dio a su mujer en el paritorio número 12 del Materno Infantil fue incorrecta. «El parto debería de haberse atendido a las siete y media o las ocho de la tarde cuando mi mujer ya había dilatado lo suficiente, pero siguieron esperando. Al darse cuenta de que Yolanda estaba sangrando y de que los monitores que tenía puestos se habían soltado, practicaron el parto, pero a mi hijo ya no le latía el corazón», recordó el padre.
Gregorio García y Yolanda Marcuende denuncian que «la mala asistencia» recibida tuvo que ver con la falta de personal que había el día de Reyes para atender a las embarazadas en los paritorios. «Estamos convencidos de que había menos matronas y profesionales de los necesarios. Ese hecho influyó negativamente en la muerte de mi hijo», dijo la madre del bebé, que no comprende por qué no quisieron realizarle una cesárea, a pesar del precedente de que el nacimiento de su primera hija se hizo por cesárea. «Me dijeron que iban a tardar más en preparar un quirófano para operarme que en atender el parto de forma natural. Al final sacaron al bebé de prisa y corriendo cuando se dieron cuenta de que yo estaba sangrando. Sentí una gran impotencia al ver que el tiempo pasaba y que no me hacían nada», relató Yolanda Marcuende, que sigue con muchas molestias a causa desgarro que sufrió y de los puntos que le dieron después del parto. Ayer acudió al Hospital Clínico para que la atendieran. «Lo que queremos es que se aclare todo y que sepamos qué pasó. En ninguna prueba de las que me realizaron durante el embarazo salió nada anormal ni revelaron que el bebé padeciera una lesión del corazón», señaló la madre.
Trato humano
«Sé que nadie quería que mi hijo muriera, pero lo cierto es que el niño está muerto y podría estar bien», indicó el padre, que agradeció el trato humano dado por parte del médico que se encargó de reanimar a Bruno. «Esa persona se portó magníficamente con nosotros y nos aconsejó que viésemos al niño antes de que su corazón se apagara, porque sabía que el bebé no saldría adelante. Tanto el médico reanimador como el personal de neonatología se portaron de maravilla. Todo lo que puedo decir de ellos es bueno. Sin embargo, en el paritorio número 12 hubo un descontrol, un exceso de confianza y una falta de personal», precisó Gregorio García, que también destacó que están satisfechos con la asistencia que les han ofrecido en el Hospital Clínico Universitario.
Los padres de pequeño Bruno viven en Alhaurín de la Torre. Yolanda nació en Málaga y Gregorio lo hizo en Antequera, aunque pasó 20 años de su vida en París, adonde sus padres se marcharon a trabajar.
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