Rajoy y Díaz escenifican sintonía institucional
«Por encima del PSOE, a mí lo que me preocupa es España», afirma la presidenta anunciando que no dirá a quién respaldará en las primarias
M. D. TORTOSA / PAULA DE LAS HERAS
Martes, 23 de diciembre 2014, 00:24
Mariano Rajoy y Susana Díaz escenificaron ayer una gran sintonía institucional en el segundo encuentro de ambos en La Moncloa. La presidenta andaluza admitió no salir descontenta después de que el presidente del Gobierno se ha comprometido a una solución para que la Junta no tenga que devolver de inmediato los 426 millones de euros por los fondos de convergencia. Rajoy también coincidió con Susana Díaz en dar prioridad al corredor Algeciras-Bobadilla, el tren litoral de la Costa del Sol y el peaje de la autopista de Cádiz, entre las inversiones del 'plan Juncker'.
Como trasfondo de esta sintonía se encuentra el respaldo de la presidenta andaluza en la defensa de la unidad de España en el conflicto catalán y el compromiso de Rajoy de no negociar trato preferente con esta comunidad en detrimento de las demás. La presidenta, no obstante, no obtuvo respuesta a su reivindicación de un nuevo modelo de financiación para las comunidades autónomas y en la rebaja y reparto equitativo entre regiones y Estado del objetivo del déficit para 2015.
Susana Díaz esgrimió ante Rajoy la lealtad institucional de la Junta andaluza en el cumplimiento del objetivo del déficit, que este año alcanzará, dijo, una «cifra razonable», y en la contención del endeudamiento, variables que ayudarán al Ejecutivo nacional a cumplir a su vez con los mandatos de la troika. Aunque no obtuvo un sí firme, Rajoy aseguró que tanto el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, como el de Economía, Luis de Guindos, tratarán de encontrar fórmulas de consenso con los consejeros andaluces tanto en la devolución de los 426 millones de euros como en los proyectos del 'plan Juncker'.
Díaz también dijo confiar en que el Consejo de Política Fiscal y Financiera que se reúne hoy apruebe dejar a cero los intereses del fondo de liquidación autonómica y créditos para el pago a proveedores, calificando de «injusto» que la Junta haya pagado casi 700 millones de euros en intereses por ello.
Conflicto con Sánchez
En su comparecencia ante los periodistas después de la reunión, la dirigente andaluza también abordó la situación del PSOE y su tirante relación con Pedro Sánchez. Aún así respondió de la siguiente forma cuando se le preguntó si había hablado de Sánchez con Rajoy, quien en dos sesiones de control lamentó que no fuera Rubalcaba: «No hubiera tolerado que el presidente del Gobierno hubiera hablado mal del secretario general del PSOE y el presidente no lo ha hecho».
La presidenta andaluza quiere poner sordina al ruido interno en el PSOE hasta que pasen las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo. Eso es lo que repite una y otra vez. Pero no quiere decir que vaya a dar un paso atrás para dejar que Pedro Sánchez ocupe todo el espacio político en el PSOE. «Voy a ayudar porque soy una mujer de partido, pero sobre todo porque me preocupa mi país y porque siento que mi país necesita un PSOE fuerte», argumentó.
Díaz dejó claro por primera vez que no piensa decir a quién respaldará en las primarias. «Ahora bien, igual que el pasado verano no me manifesté en apoyo a ningún candidato, no me pidan ahora que lo haga, cuando mi partido se ha comprometido con abrir esa decisión (la de quien es el cabeza de cartel en las generales) no solo a los militantes sino también al conjunto de los ciudadanos que sientan que nuestro proyecto es el que los representa».
Todavía abundó: «Por encima del PSOE, a mi lo que me preocupa es España y como me preocupa, no quiero que el PSOE esté distraído». No fue su única referencia a España como prioridad política. Al revés, su discurso estuvo plagado de frases similares. Díaz no oculta su intención de desempeñar un rol fundamental como dirigente nacional y no meramente autonómica, aunque en realidad era en calidad de lo segundo por lo que se encontró con el presidente del Gobierno.
Cataluña
Aún así, Díaz no se limitó a hablar de lo suyo. Ni con Rajoy ni ante la prensa. Se refirió a Cataluña («vamos tarde y cuanto antes demos voz a miles de ciudadanos que no tienen quien los represente, estaremos haciendo un favor»), del procesamiento de la infanta («pido que no se utilice el caso para atacar la imagen de España») y de Pablo Iglesias y su reciente éxito en el cinturón rojo de Barcelona, tradicional feudo socialista. La presidenta andaluza arremetió contra su «ambigüedad». «O es porque no sabe lo que tiene hacer o porque no lo quiere hacer y ambas cosas me generan mucha incertidumbre y muchísima desconfianza», dijo. Pero también le dio la bienvenida al diálogo para tender puentes.
En todo caso, tampoco perdió la oportunidad de atacar la decisión de Podemos de no presentarse a las elecciones municipales. Y de nuevo volvió a su entrega a España. «Quien no se puede comprometer con su pueblo -decretó- mal se comprometerá con España».
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