Ceuta pide la intervención de la unidad de emergencia del Ejército tras dos días bajo la tormenta
Las inundaciones vuelven a cebarse en Patio Castillo y Benítez y 73 personas son desalojadas de sus hogares La UME desembarcó ayer con 81 efectivos y 30 vehículos para sumarse a los trabajos de limpieza
JAVIER SAKONA
Martes, 30 de septiembre 2008, 04:26
Ceuta no ha pegado ojo durante dos días. Ayer, de nuevo de madrugada, el temporal arreció repitiendo las escenas de inundaciones y colapsos vividos durante la jornada del domingo. De nuevo, los vecinos de Patio Castillo y Benítez se llevaron la peor parte sufriendo serias inundaciones que anegaron casas y garajes obligando a realojar a 73 personas en el polideportivo 'Antonio Campoamor'. Además, las lluvias torrenciales han provocado serios daños en el perímetro fronterizo en el Tarajal y en Benzú, obligando a reforzar la vigilancia.
La tromba de agua seguía arreciando en la mañana de ayer y, pasadas las 08.00 horas, el Gobierno de la Ciudad Autónoma elevó la alerta a nivel 2, lo que supone la implicación en las tareas de emergencia de la Comandancia General y la Delegación de Gobierno que, inmediatamente, solicitó la intervención de la Unidad Militar de Emergencia (UME) que ayer desembarcó en Ceuta con 81 efectivos y una treintena de vehículos. «La Ciudad necesitaba ver complementados sus medios, en Ceuta sólo podemos valernos por nosotros mismos, no podemos pedir ayuda a municipios limítrofes», alegó el presidente ceutí, Juan Vivas, agradeciendo la «importantísima» ayuda del Ejército.
Vivas quiso agradecer además las llamadas de solidaridad, especialmente la del presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, que ofreció su colaboración.
La UME, con base en Morón de la Frontera, cuenta con un equipo medio de bombeo de agua y lodos, tres autobombas y una nodriza. Además, un vehículo de telecomunicaciones, cuatro máquinas de ingenieros, una góndola, cinco vehículos ligeros y siete camiones para transporte de personal y material, según informa Defensa. La UME se centrará en rehabilitar las carreteras nacionales dañadas, especialmente la que comunica la ciudad con la frontera del Tarajal, así como la zona de San Amaro-Santa Catalina y la carretera García-Aldave Benzú. A los 81 efectivos desplazados a la ciudad se sumarán en las próximas horas otros 45 soldados para cooperar en los trabajos de limpieza estableciendo tres turnos diarios para poder trabajar «día y noche», según anunció ayer el delegado del Gobierno, José Fernández Chacón, que considera necesario «reflexionar» sobre lo sucedido. Igualmente, el presidente ceutí, Juan Vivas anunció que se tomará nota sobre lo sucedido para determinar las causas y buscar soluciones en el futuro.
443 litros en 48 horas
El temporal de levante, mucho más intenso de lo previsto, mantuvo la intensidad durante el día de ayer cebándose otra vez en las barriadas de Patio Castillo y Benítez, donde volvió a provocar serias inundaciones, así como cortes de carreteras y de suministro eléctrico. Según los registros de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir se han recogido 443 litros de agua por metro desde que comenzara el temporal en la noche del sábado. Durante la jornada del domingo se contabilizaron 210 litros por metro cuadrado en sólo tres horas y durante la madrugada de ayer se alcanzaron los 146 litros por metro cuadrado. Las previsiones apuntan a una paulatina mejoría durante la jornada de hoy aunque se mantiene la alerta naranja. «Todavía no sabemos qué pasará mañana», reconocía ayer el presidente ceutí.
La ciudad no sufría semejante temporal de lluvia desde 1985, según datos de Protección Civil. El propio presidente Vivas afirmó que en sus 55 años de vida en la ciudad autónoma «nunca» ha vivido un temporal de estas dimensiones.
Daños en la valla
La tromba de agua ha afectado seriamente a dos tramos del vallado fronterizo. Alrededor de 140 metros de valla cedieron en la madrugada del sábado ante el empuje del cauce del arroyo de las Bombas que separa España de Marruecos. Según explica Delegación de Gobierno el aumento de caudal del arroyo de las Bombas, que desemboca en la misma frontera, produjo «daños de importancia» en la valla exterior, desplomándose sobre el arroyo parte del perímetro. Y en la madrugada de ayer cedieron otros 40 metros de paneles del vallado exterior, en esta ocasión en la zona de Benzú, en el extremo más alejado del paso fronterizo. Ambos 'agujeros' en la seguridad están custodiados por patrullas de la Guardia Civil.
Además, la escollera de protección del vallado ha quedado completamente destruida en el Tarajal y ha sufrido serios daños el vial que utiliza la Guardia Civil para custodiar la frontera, así como medio centenar de paños de alambrada.
Las lluvias torrenciales han obligado a realojar a 73 personas en el Polideportivo 'Antonio Campoamor' y el Ministerio de Educación, Políticas Sociales y Deporte (MEPYSD) ha decretado el cierre de los colegios hasta el miércoles, ya que varios centros han sufrido inundaciones.
Las zonas más castigadas por las trombas de agua han sido de nuevo las barriadas de Benítez, Patio Castillo y los polígonos comerciales anexos a la frontera del Tarajal que han quedado completamente anegados y cuya actividad está paralizada. Asimismo, la piscina municipal, los mercados central y de O`Donnel y el tanatorio han sido clausurados provisionalmente después de que el agua anegara las instalaciones. Las familias afectadas corresponden a las barriadas de Miramar-Chorrillo (40); Fuerte Mendizabal (2), Príncipe Alfonso (8), calle Españoleta (4); Pasaje Recreo (5); Recinto Sur (3), Vista Alegre (2), así como un indigente.
El Gobierno ha decretado la emergencia en la contratación d e los trabajos de limpieza y reconstrucción. Asimismo. el Ejecutivo de Vivas pedirá una atención especial para los ceutíes al Consorcio Nacional de Seguros, por lo que pide a los afectados que «no tiren nada» para facilitar los peritajes.
Dos días bajo el agua
«Hemos pasado mucho miedo», confesaba ayer Safia, una vecina de Patio Castillo, una barriada en la ladera norte del Recinto Sur que ayer, de nuevo, se vio obligada a luchar contra el agua y el barro que caían en cascada por sus estrechas callejuelas. La casa de Safia está anegada por completo y sus pertenencias esparcidas por el patio de la casa. «Entraba agua hasta por las ventanas y la bañera», relata aún conmocionada. «No hace falta que llueva mucho, esto siempre se inunda y no hacen nada, parece que no existimos», lamenta Said, otro de los vecinos afectados.
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