Uñas de campeonato

Fantasías imposibles de plasmar en dos centímetros, diseños en 3D y cortes adaptados a lo que demandan las clientas para el día a día o para salir de fiesta. «Cada manicura tiene su momento», explica Vanessa Núñez, que hasta hace poco se limitaba a dar forma a las creaciones que le pedían en su centro de estética de Carretera de Cádiz. Sin embargo, su arte y creatividad para transformar las manos la han llevado a convertirse en un icono de esta especialidad. Esta joven de 33 años ha ganado el campeonato nacional de manicura francesa celebrado hace unos días en Valencia, un reconocimiento a su trayectoria profesional que además le da el pasaporte para representar a España en Munich en el mundial de uñas acrílicas y gel.

La cita será en octubre y en ella Núñez competirá con los máximos exponentes de un mundillo que, destaca, ha repuntado en los últimos años. «El trabajo de las uñas ha cambiado al 200 por cien. Es un sector que cada vez gusta más y exige un reciclaje constante para estar al día de lo último. Para mí la decoración de las uñas son como pequeñas obras de arte, únicas y artesanales. Creo que pocas profesiones pueden presumir del 'hand made'», dice la manicurista.

Su profesora, su modelo

Para Vanessa, este es su tercer campeonato -ostenta los dos últimos premios de Andalucía-, algo que no se imaginaba ni de lejos. «Cuando empecé a trabajar en esto no sabía ni que había concursos y menos de este nivel, pero ahora no me pierdo uno. Mi profesora me animó a presentarme y me acompaña a todas las citas porque además es mi modelo. Tener unas buenas manos en las que trabajar es garantía de éxito», apunta la joven.

Cada participante tiene que llevar sus materiales y unas manos «perfectas» para plasmar los diseños o, en este caso, la manicura francesa llevada a la perfección. «No vale cualquier uña. Aunque las fantasías son lo más espectacular a la vista, la uña francesa es lo más difícil de hacer. Necesita una buena base, un tamaño uniforme en todos los dedos y una curvatura de entre un 40 y 60 por ciento. La superficie tiene que ser absolutamente lisa y regular. Y todo eso en dos horas y media», enumera la especialista.

Núñez ya piensa cómo superarse en Alemania y aunque volverá a participar en la modalidad de manicura francesa no descarta dar el salto a los diseños. «Es lo que más me gusta, aunque hay mucho nivel solo el hecho de participar es una experiencia en la que aprender de los mejores», considera Núñez.

De hecho, la joven ha perfeccionado recientemente su técnica realizando varios cursos con David Fowler, uno de los mejores técnicos de uñas del momento a nivel mundial y fundador de Signature Nail International. ¿Un ejemplo a seguir? Vanessa lo tiene claro: «Rodearse de los mejores suele traer beneficios. Espero dejar en buen lugar a mi tierra en Munich».