DULCES DE NAVIDAD
SARA ROMA
Martes, 17 de diciembre 2013, 11:54
EN estas fechas algunas viviendas huelen a ajonjolí, matalahúga, canela, vino. Son los ingredientes típicos de los dulces de Navidad, cuyo origen, aseguran, se remonta ... a la celebración del solsticio de invierno y al culto al trigo. Roscos de vino, mazapanes, pestiños, mantecados., son algunos de los bocados con los que disfrutamos en las comidas y demás reuniones familiares. Forman parte de nuestra gastronomía y, en algunos casos, supone una costumbre, casi un rito, que se ha transmitido de generación en generación desde hace un siglo y medio. Me refiero a la tradición de elaborar dulces caseros, tema que ha centrado últimamente algunas tertulias de la ciudad. Hay quienes aseguran que ya no se hacen dulces caseros y proponen que se retome esta costumbre. Y en efecto, creo que no sería mala idea que el ayuntamiento organizara, como parte de la agenda navideña, un taller dirigido a enseñar recetas locales para conservar esta singularidad de nuestra ciudad que también forma parte de nuestra cultura.
Fue mi tatarabuela materna quien enseñó la receta a su hija, Carmen la del Molino. Ella recogió el testigo y, todos los años por estas fechas, reservaba una semana para que aquellos amigos y familiares que lo deseasen pudieran ir a su molino de harina, ubicado a orillas del río Guadalpín, a elaborar los característicos roscos y borrachuelos. Era una práctica común que se mantenía viva porque no existía (a excepción de dos confiterías locales) la gran oferta industrial actual. Los dulces, por tanto, eran caseros y los que más fama tenían eran las tortas de aceite y de almendra, seguidas por las de nata, naranja y manteca. Asimismo, también se preparaban mantecados de aceite y, por supuesto, de manteca de cerdo. Aunque, los pestiños, los borrachuelos y los roscos de vino tenían un puesto de honor reservado en las mesas.
Sin embargo, a pesar del tiempo y de la gran oferta gastronómica, todavía perdura en algunos hogares de la ciudad esta tradición, que quizás se mantiene por el placer y la ilusión de elaborar estos roscos cocidos al horno cuyo sabor, por sus componentes, no tiene parangón. Quien desee preparar o comer un verdadero rosco de Marbella ha de saber que los ingredientes son: aceite de oliva virgen extra, harina de trigo, vino blanco seco, aguardiente seco, zumo de naranja, ralladura de naranja, matalahúga tostada y molida, matalahúga para freír el aceite, cáscara de naranja para freír el aceite y canela molida (en casa); cualquier otro ingrediente de más o de menos desvirtúa por completo su sabor y se alejaría de la auténtica fórmula. La receta ya es otra cosa.
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