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La Consejería de Turismo y Comercio cierra los ojos ante la nueva realidad y los usos sociales. Impedir que las tiendas de los centros comerciales puedan abrir los domingos y festivos supera el examen de coherencia ideológica de consumo interno de unas siglas pero suspende el de la igualdad, puesto que el resto del pequeño comercio, siempre que sea menor de 300 metros y no pertenezca a una franquicia, sí tiene libertad para levantar persianas cualquier día del año. Aparte de delimitar a la calle Larios y al Muelle Uno el área privilegiada, también es ridículo que los comercios en estas zonas afectadas por el decreto solo pueden tener la tan ansiada libertad horaria en Semana Santa (con los tronos en las calles) y en agosto, cuando se celebra la Feria... La decisión no hay por dónde cogerla.
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