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Richard Deacon posa junto a la escultura 'Out of order' (2003), realizada con madera de roble y acero. :: ÁLVARO CABRERA
CULTURA Y ESPECTÁCULOS

Richard Deacon pone a dialogar sus esculturas en el CAC Málaga

Las relaciones entre los materiales de las obras surcan un montaje que repasa la última década de producción del artista británico

ANTONIO JAVIER LÓPEZ ajlopez@diariosur.es

Sábado, 15 de diciembre 2012, 11:55

Camina solo. Pensativo. Se detiene frente a 'All sorts' (2003). Le da una vuelta. Otra en la dirección contraria. Sigue. Ahora se para en 'Almost #1' (2002). La mira fijo. Calmado. Podría ser cualquier turista en una visita fugaz. Hasta que los fotógrafos se enteran de que es el protagonista de la cita. Y le piden que pose. En un lado y en otro. De aquí para allá. Atiende a todos con exquisita corrección. Y cuando un cámara le sugiere que se apoye en las láminas de madera de 'Out of order' (2003), arguye: «Lo siento, las esculturas no se tocan».

No ahora, expuestas. La tarde anterior, él mismo lucía divertido en una foto en Twitter con un taladro en la mano. Días atrás había sido necesario un andamio para montar la impresionante escultura junto a la que ahora se retrata. Pero ahora todo es distinto. Las obras están ahí, como una invitación al paseo, a la mirada, a perderse en ellas como Teseo en el laberinto.

Ese diálogo entre el espectador y la obra es una de las primeras ambiciones de Richard Deacon, que termina la sesión fotográfica con paciencia espartana. Deambula sin prisas por las creaciones que pasan revista a sus últimos diez años de producción. Un proyecto del Centro de Arte Contemporáneo de Málaga (CAC Málaga), que salda así «una deuda pendiente» consigo mismo, como admitía en la mañana de ayer su director Fernando Francés.

Tras exhibir la obra de compañeros de generación como Tony Cragg o Anish Kapoor, el centro de arte malagueño se detiene ahora en la escultura matérica, conceptual y a la vez emotiva de Richard Deacon (Bangor, Gales, 1949). Una frase de él mismo para acercarse a su obra: «Lo que es fortuito (o complejo) permite ser interpretado, abre un horizonte a la posibilidad. Es por eso que existe algo de optimismo en lo que no está resuelto».

Una laxitud formal que parece convivir con la precisión quirúrgica adivinada detrás de cada una de sus obras. Forma y materia que establecen un nuevo diálogo. Otro. Como el de la pieza con el espectador. Como el de cada escultura con el resto de las obras.

Un proceso abierto

Juegos visuales, conceptuales, que prolongan el método de creación hasta la sala expositiva. «La obra de Richard Deacon es un proceso de trabajo que se inicia cuando tiene un encuentro con una materia y termina cuando la obra se relaciona con otras obras», explicaba Francés al hilo del proyecto que ocupará el CAC Málaga hasta el próximo 10 de marzo.

Esa relación entre los materiales de sus esculturas representa la pieza angular del discurso artístico de Deacon. Una travesía que, en el caso del CAC Málaga, comienza con el imponente acero de 'Congregate' (2001), que además abre la puerta a la interpretación social de su trabajo. Porque esta obra, con sus figuras geométricas vaciadas y ensambladas, «se puede ver además como un modelo de estructura social y estructura utópica perfecta, en el que el todo no es sino la suma de sus partes, que se apoyan las unas en las otras, dándole una lectura política y democrática», como escribe Enrique Juncosa en el texto del catálogo de la exhibición.

Ese acero total de 'Congregate' queda limitado a los remates que cierran el dúo de piezas tituladas 'I remember' (2012), estrenadas en esta exposición, donde Deacon trabaja la madera hasta conseguir torsiones y ondulaciones casi marinas, más propias, quizá, de la arcilla o de la cerámica. Y ahí llega el puente matérico y formal con las 14 pequeñas creaciones de 'One more for the road' (2007), presentadas a modo de pequeños restos arqueológicos y enfrentadas a la sinuosa magnitud de ambos 'I remember'.

Juegos visuales

Más puentes. Por ejemplo, entre las siete piezas de cerámica vidriada de la serie 'Range A-G' (2005) y la monumental 'Out of order' (2003). Cerámica que parece cristal frente a madera que parece bronce. Líneas rectas en la arcilla y un circuito de curvas imposibles a base de roble y ensamblajes de acero. Una obra que atrapa el espacio y otra que parece vaciarlo.

Lo avisaba Deacon: «Entre mis obras se establece en ocasiones un juego entre lo interior y lo exterior». Se aprecia, por ejemplo, en el triángulo compuesto por 'Out of order' (monumental, curva, de madera y acero), la serie 'Range A-G' (mediano formato, geométrica y de cerámica vidriada) y 'Flower B' (2004), cuya rotundidad orgánica abre una puerta más lúdica, a las piezas de dimensiones parecidas reunidas en uno de los laterales del espacio principal del CAC Málaga.

Allí conviven los perfiles rectilíneos de 'Like you know' (2002) y 'Vincent' (2005) con las redondeces de 'Almost #1' (2002) y 'All sorts' (2003). Ángulos y curvas. Juegos. Diálogos. Entre las obras. Entre las obras y el espectador, situado en el centro de una espiral que invita a mirar en silencio. Que no es poco en estos días.

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