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JUAN PABLO MARTÍN
Lunes, 24 de octubre 2011, 03:34
La gran familia del mundial de motociclismo volvió a vestir ayer de luto. Marco Simoncelli falleció en el circuito de Sepang tras sufrir un escalofriante atropello en la segunda vuelta de la carrera de la categoría reina. Un año y un mes después de la muerte del piloto japonés Shoya Tomizawa en Misano, el 'paddock' volvió a llorar. Dos accidentes con características similares que tuvieron igual desenlace. El Mundial quedó en estado de 'shock' poco después de que el semáforo en rojo de MotoGP se apagara. No había explicación para lo sucedido. Bastaba mirar las caras. Sobraban las palabras. Lo que sus ojos habían visto en la salida de la curva once del trazado malayo quedará por mucho tiempo en su retina.
Poco antes de que el siniestro sesgara su vida, el piloto del equipo San Carlo Gresini, estaba en pleno duelo con Álvaro Bautista por la cuarta plaza. Las Hondas de Stoner, Pedrosa y Dovizioso marchaban por delante, y el de Cattolica no era de los que dejaban escapar su oportunidad si tenía la ocasión. Pero en aquella curva once sucedió lo inesperado. El italiano tomó el giro algo abierto. En plena maniobra su moto le hizo un extraño, se fue de delante, y Simoncelli en lugar de soltarla y dejar que se marchara por el verde trató de evitarlo. Peleó con ella. Intentó levantarla, por lo que no soltó la máquina. Y pudo con él. Y en lugar de irse por la escapatoria volvió hacia el interior del circuito. Bautista logró pasar sin problemas. Fue entonces cuando se produjo el impacto. Colin Edwards y Valentino Rossi entraron en la curva prácticamente en paralelo y se encontraron con el cuerpo del piloto y la moto rodando por el suelo en su trayectoria. Fue imposible que pudieran reaccionar. A cerca de 150 kilómetros por hora sobre una máquina de 140 kilos, no hay tiempo. Arrollaron a Simoncelli. Fue brutal. Pasaron por encima del piloto. La colisión provocó que el italiano perdiera el casco y quedara tendido en mitad de la pista.
El norteamericano se fue por los suelos y se dislocó un hombro. El de Tavullia logró salvar la caída, pero su reacción encima de la moto lo dijo todo. Rossi miró hacia atrás para ver que su gran amigo no se movía y se echó las manos al casco. Dirección de carrera reaccionó con rapidez y la bandera roja que anunciaba la cancelación de la carrera ondeó de inmediato.
Las asistencias médicas atendieron al piloto en plena pista y una ambulancia lo llevó hasta el centro médico del circuito. «Ha sufrido traumatismos muy graves en la cabeza, el cuello y el pecho. Cuando nuestro equipo médico ha llegado a él estaba inconsciente. En la ambulancia, debido a que sufría un paro cardíaco, se comenzó la reanimación cardiopulmonar. Inmediatamente, en el Centro Médico, con la ayuda también de nuestro personal de la Clínica Móvil y médicos locales, ha sido intubado y se ha podido extraer un poco de sangre del tórax», explicó el director médico Michele Macchiagodena. La reanimación continuó durante 45 minutos.
«Está muy mal»
Durante ese tiempo la incertidumbre asoló el circuito. Todo lo que se pudo ver indicaba la gravedad de la heridas sufridas por Simoncelli. Los servicios de seguridad no dejaron entrar a su novia al recinto acotado que alberga la clínica. Al padre del piloto, Claudio, que sí pudo acceder, se le pudo ver con las manos en la cabeza y el rostro desencajado mientras atendían a su hijo. Rossi estaba deshecho en su 'box'. Nadie sabía nada y todo el mundo estaba a la espera. Incluso en Italia, donde se disputaba el campeonato de motociclismo de ese país (CIV), estuvieron pendientes del estado del piloto. La puesta en funcionamiento del helicóptero abrió un halo de esperanza entre los presentes, porque se intuyó que, una vez estabilizado, iba a ser trasladado a un hospital. Nada más lejos de la realidad. «Está muy mal», señaló el consejero delegado de Dorna, Carmelo Ezpeleta, mientras se dirigía a los 'boxes' para informar a los pilotos de la suspensión definitiva de la carrera.
Poco después llegó la noticia que nadie quería escuchar. «Intentamos ayudarle durante el tiempo que pensamos que era posible. Desafortunadamente a las 16.56 -hora local-, ha fallecido», señaló el doctor Macchiagodena. Un miembro de dirección de carrera fue el encargado de darlo a conocer. El 'paddock' se inundo de lágrimas. A sus 24 años, Marco Simoncelli deja una hueco que será muy difícil de llenar en el motociclismo. Todos los pilotos mostraron sus condolencias por lo ocurrido a lo largo de la jornada. Un día que se abrió con el triunfo de Viñales en el octavo de litro y de Luthi en Moto2. Pero eso era lo de menos tras lo ocurrido. En la retina de todos estaba lo ocurrido en aquella maldita curva en la que Simoncelli, ese joven alocado, pero buen tío, se dejó la vida.
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