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AMANDA SALAZAR
Sábado, 22 de enero 2011, 18:19
La muerte de la joven de Arriate María Esther escribe una nueva página en la crónica más negra de la provincia donde, por desgracia, no se trata del primer caso de una joven fallecida en circunstancias violentas en los últimos años. Asesinatos con gran repercusión mediática como los de Rocío Wanninkhof y Sonia Carabantes le preceden. Recordamos las claves de estos macabros antecedentes.
El fallecimiento de Rocío Wanninkhof -que tenía 19 años- en noviembre de 1999 conmocionó a todo el país. El cadáver de la joven, que vivía en Mijas, fue encontrado en la urbanización marbellí de Altos del Rodeo después de 24 días de desaparición. Rocío recibió nueve puñaladas en el pecho y la tráquea. Un año después fue detenida Dolores Vázquez como presunta autora del crimen. Un jurado popular la declaró culpable de asesinato, pero más tarde el Tribunal Supremo anuló la sentencia y ordenó la repetición del juicio.
Las dudas sobre la inocencia de Dolores Vázquez no comenzaron a disiparse hasta que el 18 de septiembre de 2003 se detuvo en Alhaurín el Grande al británico Tony Alexander King por la muerte de Sonia Carabantes. La joven Sonia, que entonces tenía 17 años, fue hallada muerta en agosto de 2003 cuatro día después de su desaparición, que se produjo cuando regresaba a su casa de la feria de Coín. El examen forense confirmó que Sonia Carabantes murió estrangulada y que fue golpeada en la cabeza. Fueron las pruebas de ADN las que vincularon ambos asesinatos.
El ADN de King coincidía con el que aparecía en una colilla encontrada en el escenario del crimen de Rocío, lo que llevó a la Audiencia de Málaga a exculpar a Vázquez, después de pasar 17 meses en prisión.
Tony King fue hallado culpable de los dos asesinatos y acumula 55 años de prisión. Por el caso Wanninkhof, la Audiencia Provincial de Málaga le condenó a 19 años de cárcel -un año menos de lo solicitado por el fiscal y la acusación particular- y a pagar a la familia de la joven una indemnización 252.000 euros a la familia. El Tribunal Supremo ratificó posteriormente la sentencia. En el caso Carabantes, la Audiencia Provincial de Málaga le impuso una pena de 36 años de cárcel. El tribunal, le consideró también autor de un delito de detención ilegal y otro de agresión sexual y le condenó también a pagar una indemnización de 300.000 euros por los daños morales a la familia.
La joven Ana Elena Lorente, de 20 años, aunque mayor de edad, también se suma a la nómina de chicas muertas en circunstancias violentas. El cadáver de Ana Elena fue hallado el 12 de septiembre de 2000. Sus tres asesinos, dos hombres y una mujer, fueron condenados a 90 años de cárcel.
Dramas desgarradores
El drama se repite fuera de la provincia. El mismo año de la muerte de Sonia Carabantes, Sandra Palo fallecía en Madrid a los 22 años. Cuatro jóvenes -tres de ellos menores de edad- violan a la joven, la atropellan varias veces y finalmente la rocían con gasolina y le prenden fuego hasta que murió por las graves quemaduras.
El caso Mari Luz (2008) en Huelva o el más reciente, el de Marta del Castillo (2009) en Sevilla todavía continúan su andadura en los tribunales. El próximo lunes comienza el juicio del 'Cuco', el menor acusado de la violación y el asesinato de la joven Marta.
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