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POR PEDRO LUIS ALONSO
Sábado, 8 de enero 2011, 10:57
En ocasiones el alma de entrenador nace de una vocación frustrada de futbolista. Puede que en el caso de Manuel Hernández Navarrete (Málaga, 1956) sea así. La genética a veces sorprende. Su hermano, Pepe Navarrete, destacó como delantero goleador en las categorías inferiores del Málaga, mientras que él no pasaba de ser un lateral fuerte y pundonoroso. Limitado técnicamente. Sin el talento del menor de una saga muy vinculada al balompié. Manolo lo mamó de pequeño, porque su padre, Pepe Hernández, jugó en el Malacitano.
De una rotura de menisco surgió la decisión de dejar el fútbol como practicante a los 17 años, y de una visita a ver un partido del San Félix de su hermano, una casualidad que cambió su vida: le comentaron que quedaba vacante la plaza de técnico del equipo infantil y decidió asumirla, al tiempo que completaba la milicia en Aviación.
Desde entonces hasta ahora Hernández Navarrete no ha dejado de dirigir equipos. Comenzó con equipos de cantera. En la campaña 1975-76, con Bumbel y Andrade de coordinadores técnicos en el Málaga, tomó al cuadro infantil de la entidad de Martiricos, y ya no se ha vuelto a desvincular de él. Acumuló éxitos en las categorías inferiores (tres campeonatos de Andalucía a nivel de clubes, y otros tantos en sus doce años como seleccionador provincial), y comenzó a pulir a Angelo, Ayala y Juanma, que luego fueron internacionales con España.
Sin embargo, un nuevo y definitivo momento clave de su vida se produjo en 1991, cuando la Federación Andaluza de Fútbol le buscó para ponerse al frente de un proyecto para crear un equipo femenino en la comunidad, el Atlético Málaga, una selección de jugadoras de la región con el objeto de cubrir un vacío respecto a otras zonas y de potenciar una modalidad que empezaría a ser olímpica en los Juegos de Atlanta (1996).
Milagro económico
«Lo que no deja nunca de llamarme la atención es la seriedad, disciplina e ilusión con la que se toman el trabajo las jugadoras», confiesa. El caso es que son ya 19 años dando continuidad a un milagro. Como tal cabe calificar la subsistencia de un equipo que ha vivido todo tipo de anécdotas, las más suculentas las que tienen que ver con sus viajes. Hace unos años, en una visita a Jaén en Primera Nacional (la segunda categoría), uno de los tres coches en los que se repartieron sus jugadoras se averió a 80 kilómetros de la ciudad andaluza, y las cinco afectadas tuvieron que llegar al partido haciendo autostop. Nada distinto a una reciente salida a Cantabria, a Reocín. El vuelo de bajo coste salía a las 14.10, el partido era a las 17.30 y el regreso estaba previsto a las 20.50, sin margen para que las futbolistas se ducharan.
Y es que El Atlético Málaga, que al principio sostuvo con su bolsillo nuestro protagonista, le ha dado muchas alegrías y sinsabores a Hernández Navarrete. Entre los primeros, el triplete de la campaña 1998-99 (Superliga, Copa de la Reina y Supercopa), pero la mayor decepción fue tener que abandonar al año siguiente la Liga por falta de apoyos económicos. Justo entonces y hace también unos meses, el bueno de 'Manolo' se planteó dejarlo, pero la ilusión que le transmiten sus pupilas puede más. «Me daba pena dejarlas, pero si no hay dinero...». En tantos años el denominador común de todos sus equipos fue Isa Guerrero, que colgó las botas hace unos meses y ahora es la preparadora física, pero además Auxi y Alicia llegaron a la selección española.
En estas dos décadas el fútbol femenino ha dado un gran salto de calidad en España. «Todos los clubes de Primera han creado secciones femeninas y el aspecto táctico cada vez se trabaja más», explica, pero sus jugadoras son las más pobres. Juegan por amor al arte. Suerte que ahora el nuevo proyecto malaguista parece que va a suponer el espaldarazo definitivo, justo cuando no termina de llegar la subvención del Ayuntamiento y la de la Junta se ha quedado en la mitad.
Manuel Hernández Navarrete fue también consejero del Málaga en la etapa de Fernando Puche y los primeros dos años con Serafín Roldán. Al frente de la cantera se firmaron acuerdos con clubes de la provincia y así llegó la generación de jugadores (Juanma, Juanito, Alexis, Nacho, Koke, Alberto, Rubén, Manolo Reina,...) de aquel filial que subió a Segunda hace poco. También participó en la creación de la Federación de Peñas. Incluso, fue tres años delegado de campo. Director comercial de ocho ferreterías, tiene una hija (Laura) de diez años, aunque sigue soltero. Puede que solo así le dejen conciliar su actividad profesional como autónomo y el fútbol.
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