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REGINA SOTORRÍO
Viernes, 5 de marzo 2010, 02:46
Ellos tienen el problema, pero ellas también lo sufren e, incluso, «lo viven con más dramatismo», dicen los expertos. Cuatro de cada diez varones españoles se enfrentan en algún momento de su vida a la eyaculación precoz, una patología sexual considerada de «gravedad» para el 75% de las mujeres que conviven con esta disfunción, según el Estudio Demográfico Español sobre Eyaculación Precoz (DEEP), presentado ayer en Málaga. En el caso del hombre, la importancia se suaviza: el 55% lo identifica como el problema sexual más serio.
«El hombre, de alguna manera, tiene su relación sexual y se satisface», explican Antonio Martín Morales, urólogo del hospital Carlos Haya y secretario general de la Asociación Española de Andrología (ASESA), y Rafael Prieto, responsable de la unidad de Andrología y Medicina Sexual del hospital Reina Sofía de Córdoba y vicepresidente de ASESA.
Un tercio de las mujeres entrevistadas reconocieron que sus parejas tienen o han tenido eyaculación precoz. Ellos le restan importancia, hasta el punto de que sólo un 38% cree que es un asunto que debe abordarse en una consulta médica; una vía que aconsejan el 80% de las mujeres en general y el 87% de las que lo padecen directamente. «La mujer sufre las consecuencias y en la mayoría de las ocasiones el hombre acude a un especialista por presión de su pareja», apunta Martín Morales.
De esta forma, la mujer se convierte en «garante de la salud del varón». Y es que los especialistas advierten de que el eyaculador precoz suele tener enfermedades asociadas. De momento se desconoce la conexión, «no se puede establecer causa-efecto», pero aseguran que su estado de salud es peor que el de un hombre sin esta disfunción, pudiendo presentar hipertensión, diabetes, problemas cardiovasculares... «Acudir por este motivo es una oportunidad de oro para realizar chequeos», dicen.
Una «mala concepción de la masculinidad» -«por qué voy a ir al médico si no estoy enfermo», piensan- hace que el hombre no busque una solución profesional a la eyaculación precoz hasta que su relación «empieza a irse a pique». De hecho, del estudio se desprende que una de cada tres mujeres cuyas parejas no controlan la eyaculación ha perdido el interés por su vida sexual; un porcentaje que vuelve a ser menor en el caso del varón: el 20% de los que sufren este trastorno afirma que el sexo ya no es importante.
Consecuencias
Los expertos insisten en que la eyaculación precoz acaba pasando factura a las relaciones. La frecuencia de los encuentros sexuales se reduce considerablemente, crece la insatisfacción (las mujeres con compañeros con esta disfunción se declaran un 35% más insatisfechas que el resto) y se extiende la sensación de falta de comunicación.
Pero los especialistas envían un mensaje claro: tiene solución. No hace mucho, la eyaculación precoz se abordaba exclusivamente desde el campo de la psicología, pero hoy día se sabe que tiene unas bases orgánicas que se pueden tratar desde el punto de vista médico. Desde el pasado verano, se vende en farmacias -previa receta- el primer medicamento aprobado para tratar este trastorno, -. Es eficaz en un 70% de los varones que lo toman y triplica el tiempo de penetración.
La eyaculación precoz es un trastorno sexual que se define por la falta de control sobre el momento de la eyaculación (el factor más señalado por hombres y mujeres), por la duración de la relación (el hombre eyacula en menos de un minuto desde la penetración) y por los efectos que sobre la vida del hombre provoca (angustia, ansiedad...). En algunos casos aparece desde los primeros contactos sexuales; en otros se presenta de forma puntual y a cualquier edad por infecciones de próstata, ansiedad o alteraciones hormonales.
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