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La felicidad es máxima en la Comunidad Agustiniana de Los Olivos por el nombramiento del cardenal Robert Prevost como nuevo Papa, no en vano ... la relación de quien fuera máximo responsable mundial de la OSA fue importante durante sus dos mandatos como prior general, y la ha mantenido a lo largo de los años con dos significados agustinos del colegio malacitano, el actual prior provincial y director general del centro, padre Agustín Herrero de Miguel, y quien fuera anterior director, padre Javier Pérez Barba, miembro del Consejo General Agustiniano con sede en Roma.
La noticia de que un agustino era el nuevo Papa corrió como la pólvora, sobre todo al conocerse que en 2007, como prior general de la Orden de San Agustín visitó a la Comunidad Agustiniana de Málaga y el Colegio Los Olivos, pernoctando durante cuatro noches en la residencia del referido centro, uno de los más reputados e importantes de toda Andalucía. Tras su estancia en Málaga, que fue, por decirlo de alguna manera, su sede general en Andalucía, visitaría el Colegio de San Agustín de Sevilla, la Comunidad de la OSA en Huelva y la iglesia de la Orden en Cádiz. Cabe reseñar que a Huelva fue en dos ocasiones, porque al parecer su bisabuelo residió en la capital onubense y fundó el Colegio Francés, aunque este punto no ha sido confirmado oficialmente.
Durante los cuatro días que residió en Málaga mantuvo una intensa actividad con los miembros de la orden. Muy jóvenes entonces, casi recién llegados, los dos frailes salmantinos que han dirigido tanto la comunidad como el colegio, padre Javier Pérez Barba, hoy en Roma, y padre Agustín Herrero de Miguel, recuerdan aquellos días como «verdaderamente intenso y reconfortadores. Nos dio una verdadera lección de sabiduría y ya hizo gala de su enorme cultura y preparación, así como su gran conocimiento de la Orden que comandaba a nivel mundial; se le notaba, de manera importante, que había ocupado muchos cargos en la orden y que había sido misionero».
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Agustín Herrero de Miguel resalta también que el hoy Papa León XIV cautivo a todos por su sencillez y su amabilidad: «Todos los días, al terminar de comer o cenar, bajaba para felicitar y agradecer su labor al personal de la cocina, o se iba a las dependencias del colegio (anexas a la Residencia de la Comunidad) para hablar con las limpiadoras, e incluso con los alumnos. Respiraba humanidad, por decirlo de alguna manera».
«Como decía el Papa Francisco, «olía a oveja», gusta de estar con la gente sencilla», afirma el prior malacitano, que reitera «que nuestra felicidad es máxima, y me consta, por los mensajes que estoy recibiendo, que cientos de malagueños que se han criado entre estas paredes también participan de este momento tan maravilloso».
El nombramiento del que fuera su máximo responsable, cardenal Robert Prevost Martínez como nuevo Papa es un hecho histórico, no en vano es el primer Papa agustino de la historia, amén de haber sido el segundo cardenal elector de la orden en participar en un cónclave, ya que le antecedió el cardenal Sebastiano Martinelli, quien también fue prior general, y que participó en la elección de Benedicto XV en 1903.
El padre Javier Pérez Barba, que es asistente general de la Orden de San Agustín para el sur de Europa (cargo que ostentan sólo 6 agustinos en todo el mundo y que forman con el prior general y el secretario general el Consejo General) y que reside en Roma, ha coincidido en multitud de ocasiones con el nuevo Papa en la curia general de la orden. Se considera a los agustinos como 'los sacristanes del Papa', ya que son tres frailes los que ejercen como tales en el Vaticano. Igualmente, por su cargo, por vivir en la residencia de Roma, los contactos del padre Javier con quien desde 2023 ha sido el Dicasterio (ministro) para los Obispos del Vaticano y hoy es el nuevo Papa han sido intensos. A la pregunta de si podía ser uno de los próximos hombres de confianza de León XIV, tal como apuntan diversas fuentes desde la capital de Italia, el que fuera director de Los Olivos respondió con un «no digas eso, por Dios, qué va…».
Javier Pérez Barba, natural de Salamanca como Agustín Herrero de Miguel, recuerda que se incorporó a Los Olivos en 2005, y en abril de 2007 fue la visita del entonces padre Robert Prevost. «Me impactó, mucho además», refiere. «Hoy (por el 8 de mayo, día en el que fue elegido el primer Papa agustino de la Historia, es el día de Nuestra Señora de Gracia, la Patrona del Colegio… No sé, pero tanta casualidad…», explica Agustín Herrero de Miguel, quien resalta que «es un Papa que ha sido, es y será siempre un fraile agustino, con el estilo y las claves de nuestra orden, fundada por San Agustín: «Predicar el evangelio, pasión por la enseñanza, espiritual, misionero, partícipe de la vida comunitaria, amor y pasión por Dios, capacidad de liderazgo y de escucha… Sin duda es un líder mundial que es capaz de acoger a todos y llevar el evangelio».
El padre Agustín finaliza recuerda a tal efecto las primeras palabras de León XIV: «Soy hijo de San Agustín. Soy cristiano y obispo. Podemos caminar juntos hacia esa patria para la que nos ha preparado Dios. A la Iglesia de Roma un saludo especial. Juntos tenemos que ser una Iglesia misionera, que construya puentes y diálogo, y abierta a decidir, como esta plaza todos aquellos que necesitan caridad, diálogo, cariño…».
Otro de los miembros de la Comunidad de Málaga, padre José Luis Sánchez, quien fuera también director del colegio, recuerda asimismo la visita a Málaga del hoy Papa: «Guardo un recuerdo entrañable. Cuando estuvo aquí todavía no era obispo. Como general de la orden fue muy bueno. Aquí estuvo varios días (no recordaba si dos o tres, aunque fueron cuatro) para hacer la visita correspondiente como superior a todas las casas de los agustinos en el mundo (obligación que contrae el prior general nada más ser designado para el cargo)».
José Luis Sánchez, que fue director del colegio y ahora está ya jubilado, lo que más le llamó la atención fue «lo atento que era con todo el mundo. Vino con un grupo de sacerdotes y la atención que tenía con toda la gente del servicio me resultó muy llamativa. Aprendí de él ese valor. Bajaba todos los días a dar las gracias a los de la cocina a los que les habían puesto la comidad y pasaba un rato con ellos», agrega, coincidiendo con el padre Agustín.
Desde Roma, el padre Javier Pérez Barba, asistente general de los agustinos para el Sur de Europa, uno de los españoles con mayor peso en la orden a nivel mundial, recuerda con cariño a Málaga, «una ciudad que me lo dio todo y que quiere con mucha intensidad a los agustinos», y nos explica los posibles motivos de por qué la elección del nombre de León XIV.
Aunque es el primer Papa agustino, su antecesor en el nombre, León XIII, fue el máximo regidor de la iglesia católica más cercano a los pensamientos y a la filosofía del santo de Hipona. León XIII (de nombre de pila Gioacchino Vincenzo Raffaele Luigi Pecci) nació en la localidad de Carpintero Romano, muy cerca de la capital de Italia, en 1810, y fue el 256º Sumo Pontífice y ocupó la cúspide de la Iglesia católica durante 25 años, entre 1878 y 1903. Su localidad natal, de apenas 4.000 habitantes, tenía una importante comunidad agustiniana y la influencia de San Agustín ha sido siempre muy importante, por lo que es el Patrono de la ciudad, y el futuro Papa fue monaguillo de la Comunidad. Esa influencia, y el amor y devoción de su pueblo por San Agustín es lo que posiblemente haya decidido a Robert Prevost la elección de su nombre, al tiempo que en cierta manera marca la línea de su papado y sus objetivos: su predecesor con ese nombre fue un Papa que pasó a la historia como el gran renovador de los derechos sociales especialmente de los trabajadores. Publicó la encíclica 'Rerum novarum' en 1891 ('Acerca de las nuevas cosas'), en la que deploraba la opresión y virtual esclavitud de los numerosísimos pobres por parte de «un puñado de gente muy rica» y preconizaba salarios justos y el derecho a organizar sindicatos (preferiblemente católicos). Las clases y la desigualdad, afirmaba León XIII, constituyen rasgos inalterables de la condición humana, como son los derechos de propiedad. León XIII fue clave para el cambio en todos los trabajos y se le considera el gran renovador de la sociedad de la epoca», como recuerda el periodista Alberto Castillo, quien fuera director de Antena 3 Radio en Málaga y presidente del Parlamento de Murcia en la anterior legislatura, muy relacionado con la orden agustina.
El padre Javier Pérez Barba, desde 2014 director del Colegio de Los Olivos, al que llegó en 2005 y donde ha impartido Matemáticas a miles de malagueños, pasó a formar parte de la máxima cúpula de los agustinos a nivel mundial al ser designado Asistente General de la orden en 2021. Con este nombramiento, el padre Javier pasa a General. En el Consejo General de la OSA hay seis asistentes, y cada uno se encarga de una zona del mundo donde se encuentran comunidades agustinianas: Norte de Europa, Sur de Europa (la encomendada Javier Pérez Barba) , Oriente-Pacífico, África, América del Norte y América del Centro-Sur.
Siendo prior general de la Orden de San Agustín, máximo responsable mundial, el entonces padre Robert Prevost abordó el proceso e impulsó el proceso de beatificación, camino de la santidad, del fraile agustino Moisés González, quien perdió la vida en Panamá cuando acudía a socorrer a unos indígenas en la aldea de Tula, donde ejercía de misionero. Moisés González fue profesor durante varios años de Los Olivos, colegio que está eidno parte importante en este proceso. Se da por seguro, sabiendo la trascendencia que a este proceso dio el hoy nuevo Papa, que León XIV beatificará en El Vaticano a fray Moisés.
El proceso de beatificación y canonización del fraile Moisés González recibió en la primavera de 2021 el decreto de validez jurídica de la Congregación de las Causas de los Santos, lo que significaba que la propuesta de su beatificación estaba en Roma, a un paso de subir a los altares. Misionero en Tolé (Panamá), donde murió cuando iba a asistir a una comunidad indígena, Moisés González era adorado por los nativos de aquellas tierras por su actitud y entrega, y allí mismo se abrió su causa de canonización por el cardenal Lacunza
El padre Moisés González murió arrastrado por los aguas del río Tabasará el 18 de diciembre de 1980 cuando iba a atender a las comunidades indígenas. Su memoria sigue viva en todos aquellos que le conocieron y trataron, de manera especial en los pueblos que fueron destinatarios de su entrega y su servicio incondicional. Allí donde la miseria tiene pocos compañeros, donde campa a sus anchas, el padre Moisés hizo de todo: cura, profesor, médico, cuidador, mecenas... Los indígenas tenían devoción por ese hombre al que tanto marcó Málaga. «Tengo pena y alegría. El curso que viene no estaré por aquí. Me voy a las misiones. Me apena dejar Málaga, pero me apetece explorar nuevos mundos y buscar a Dios por otros mundos». La frase la recordamos un montón de alumnos de Los Olivos que entonces cursábamos 6º de Bachiller (ahora no sé a qué correspondería). Ninguno reparó en lo histórico de aquel momento y de aquel hombre.
Nacido en Renedo de Valderaduey (León) el 25 noviembre de 1941, Moisés González profesó de religioso agustino en 1962 en el Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial. Cursó los estudios eclesiásticos en el convento de San Agustín de Salamanca y en el Real Monasterio, siendo ordenado sacerdote en 1966. Tras cursar estudios de Magisterio en Málaga, fue profesor en el Colegio Alfonso XII, en los colegios de San Agustín de Salamanca y de Málaga, y aquí también en Los Olivos, desde donde fue destinado (como voluntario) a Panamá como misionero en Tolé, a donde llegó en agosto de 1973. Allí vivió hasta 1976, año en que fue trasladado a la ciudad de Chitré en una época muy dura y difícil para él. Regresó a su querida misión de Tolé en noviembre de 1979, ejerciendo el apostolado entre los indígenas y dando clases de religión a los niños de Chichica. Hombre de profunda oración, el 'pater Moisés', como se le conocía en Los Olivos, tenía una entrega sin límite al servicio de los pobres y excluidos. Por el celo de su entrega y su arrojo murió un 18 de diciembre de 1980 cuando viajaba a preparar la Navidad en las comunidades indígenas más apartadas. Ese fatídico día intentó atravesar a caballo (única forma de llegar a su destino) las caudalosas aguas del río Tabasará, muriendo ahogado tras un desesperado intento de aferrarse a la vida… Hoy hay un puente con su nombre y un gran mosaico con su rostro.
La Misión de Tolé abarca un territorio de 1.319 km2 y tiene una población de 42.000 habitantes, de los que dos terceras partes son indígenas gnöbe (guaymíes) y mestizos. La mayoría de esta población vive dispersa en pequeños asentamientos, a los que sólo es posible llegar a pie o a caballo atravesando ríos o quebradas, por senderos empinados de montaña, y gran parte del año difícilmente transitables. El Tabasará es un río con crecidas inesperadas y peligrosas, y la única forma de atravesarlo era metiéndose entre sus aguas...
El proceso de beatificación del fraile agustino que ejerció en Los Olivos se inició en 2015: ocho tomos recogen su fecunda actividad religiosa y social y sus muchos logros pese a su corta vida (39 años). Era un gran ser humano. Este fraile de Los Olivos va para santo, y seguro que a León XIV le encantará presidir su nombramiento. Otra importante conexión del nuevo Papa con Málaga.
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