Sucesos Málaga

Nuevo arresto de El Cachulo: vecinos de El Palo lo retienen tras agredir a una mujer y destrozarle la tienda

Suma y sigue. Rafael F. R., uno de los delincuentes más conocidos en Málaga, apodado El Cachulo, ha añadido otra muesca a su largo historial delictivo, que arranca en la década de los noventa, cuando aún era menor de edad.

Tras ser detenido el pasado febrero por arremeter contra dos policías locales armado con un destornillador, El Cachulo quedó en libertad y ahora ha vuelto a ser arrestado por, presuntamente, golpear a una comerciante y causar destrozos en su tienda.

El suceso, el enésimo que protagoniza en El Palo, donde algunos vecinos muestran abiertamente su hartazgo -otros guardan silencio por miedo-, ocurrió la mañana de este martes 6 de mayo en una vía próxima a la conocida calle Villafuerte.

Los servicios de emergencias recibieron varias llamadas sobre las 11.30 horas dando cuenta de una agresión en una tienda de comestibles. Según los informantes, un hombre estaba agrediendo a una mujer dentro del comercio.

Una patrulla de la Policía Local de Málaga se desplazó al lugar y encontró a un tumulto de personas que intentaba retener a un hombre, que se mostraba muy agresivo y al que reconocieron inmediatamente como El Cachulo.

El origen de la trifulca fue que El Cachulo había entrado en una tienda de comestibles y, presuntamente, había intentado llevarse un zumo sin abonarlo. Cuando la dueña del negocio le llamó la atención y trató de impedírselo, él se puso agresivo, según comentan los vecinos y confirman las distintas fuentes consultadas.

Al parecer, el ahora detenido comenzó a romper muebles y estanterías de la tienda. Acto seguido, cogió un cúter y un palo, y supuestamente arremetió con ambos contra la mujer. Según las fuentes, la golpeó -con el objeto contundente- varias veces en la cabeza, pero ella pudo protegerse interponiendo sus brazos.

Los gritos de la mujer fueron escuchados por varios vecinos, que acudieron en su ayuda y rodearon a El Cachulo para impedir que se marchara. Lo consiguió en un primer momento, pero al final lograron impedirle la huida hasta que llegaron las patrullas de la Policía Local, que lo detuvieron.

El Cachulo, que ahora tiene 41 años, salió de prisión a mediados de noviembre de 2024 tras cumplir cinco condenas y pasar 10 veces por la cárcel, donde estaba considerado uno de los internos más conflictivos, protagonizando agresiones a reclusos y funcionarios que motivaron varios traslados y su paso por los módulos de aislamiento de distintos centros penitenciarios españoles.

El historial delictivo de Rafael F. R. arranca cuando aún era menor de edad. En mayo de 2000, con sólo 17 años, mató a puñaladas a Manuel Lara, un vecino de El Palo que le recriminó que vejara a su novia en un bar. Su caso fue uno de los primeros en los que se aplicó la Ley del Menor, lo que evitó una condena más dura y avivó las críticas por la laxitud de la norma, sobre todo en los asuntos más graves. Se entregó un año después para cumplir una condena a ocho años de internamiento y dos de libertad vigilada. En el juicio declaró que iba «empastillado».

En un primer momento, ingresó en prisión por aquel suceso, pero la entrada en vigor de la Ley del Menor supuso su puesta en libertad a primeros de enero de 2001. En marzo volvió a ser detenido tras una denuncia por amenazas de una vecina de El Palo, aunque al final el juez decidió ponerlo en libertad. Sin embargo, apenas dos semanas después, el joven ingresó en prisión por orden judicial tras volver a ser denunciado, nuevamente por amenazas.

No fue el único episodio violento que se atribuyó a Rafael F. R. cuando era menor de edad. En la feria de El Palo de 1997, Manuel N., vecino de la barriada, recibió varias puñaladas por recriminar a un chaval que pasó con su moto junto a él y su familia haciendo el caballito. La víctima temió que arrollara a sus hijas y le llamó la atención al joven. Ese joven resultó ser, según la policía, El Cachulo.

Desde entonces, las idas y venidas de la cárcel han sido constantes. También ha sido tiroteado en alguna ocasión, como en 2009, cuando resultó herido de un disparo de escopeta entre el hombro y el cuello. En 2019 fue detenido por quebrantar una condena supuestamente al arrancarse la pulsera telemática de seguimiento por GPS que debía llevar como responsable de un delito de violencia de género. Y el año pasado volvió a la cárcel tras protagonizar otro episodio violento: asestó una puñalada al perro de unos vecinos con los que mantenía viejas rencillas.

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