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Una de las muchas versiones del bocadillo de escombros.
De escombros: así es el contundente bocadillo de un bar del polígono Guadalhorce que cambia a diario sus ingredientes

De escombros: así es el contundente bocadillo de un bar del polígono Guadalhorce que cambia a diario sus ingredientes

El restaurante Las Marismas lleva una década ofreciendo este desayuno y advierte que «no es apto para delicados»

Viernes, 9 de mayo 2025, 00:11

Lo mismo puede llevar un huevo a la plancha que una tortilla, beicon, jamón cocido, lechuga o tomate. Eso sí, el que lo pide no sabe, hasta que lo ve y lo come, qué ingredientes lleva ese día. El bocadillo de escombros del restaurante Las Marismas, situado en el polígono Guadalhorce, nació hace ya una década y sigue siendo uno de los más pedidos.

Es el especial de la casa, como reza en su carta de desayunos. Eso sí, también se advierte por escrito: «No es apto para delicados». Al mismo tiempo, se recuerda que los ingredientes varían cada día y no se podrán saber hasta que se sirva.

Con todas esas aclaraciones previas, es uno de los más solicitados para quienes quieren que la primera comida del día sea saciante para afrontar una larga y exigente jornada laboral. De hecho, para encontrar el origen de este bocata en este restaurante hay que poner el foco en parte de su clientela.

«Aquí siempre vienen muchos camioneros que me piden uno que sea contundente», explica Lorena Conejo, que atiende en el salón y la terraza de Las Marismas. A partir de esa demanda, fue precisamente ella quien hace «por lo menos diez años» decidió hacer un hueco en la variada carta de desayunos al bocadillo de escombros.

El restaurante está situado en la calle Castelao, en el polígono Guadalhorce.
Imagen principal - El restaurante está situado en la calle Castelao, en el polígono Guadalhorce.
Imagen secundaria 1 - El restaurante está situado en la calle Castelao, en el polígono Guadalhorce.
Imagen secundaria 2 - El restaurante está situado en la calle Castelao, en el polígono Guadalhorce.

Cada día se pide, de media, en más de media docena de ocasiones. Lo único que se sabe con certeza es el pan que se ha pedido, el resto habrá que adivinarlo al abrirlo o simplemente al comerlo. Lo que sí es también seguro es que es abundante en cuanto a ingredientes. «Al menos, siete u ocho suele llevar», comenta la camarera. La mayoría de ellos pueden aparecer en la carta por separado en otros bocadillos, pero en el de escombros se apilan unos encima de otros. Incluso se cuela alguna salsa inesperada. Todo depende de lo que ese día se haya ideado en cocina, donde se deja volar la imaginación.

«Si viene algún cliente y me pide el de escombros, pero me dice que no le ponga algún ingrediente, que pudiera llevar, y no le gusta, le respondo que entonces no es de escombros», aclara, sonriente, Lorena. De hecho, en la carta se advierte que cualquier cambio «no se considerará escombro» y, por tanto, «llevará su precio correspondiente».

En la mayoría de los casos este desayuno sorpresa suele ser satisfactorio y saciante, explican en el restaurante. Pero, eso sí, hay quien ha medido mal su capacidad de ingesta y opta por no terminarlo allí y llevarse el resto para echar el día.

Existe la opción de pedirlo en pitufo (incluida la opción de integral), mollete o viena. El precio actual está entre los 4 euros para el primero o los 4,9 de los otros dos. Eso sí, quienes se atreven con las opciones de mayor tamaño puede que ese día se salten el almuerzo.

Las Marismas, que se encuentra concretamente en la calle Castelao, donde se concentran otros establecimientos de restauración, abre de lunes a sábado desde bien temprano (a partir de las 6.30 horas) y es conocido no sólo por sus desayunos sino también por sus menús abundantes y con buena relación calidad precio.

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