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Lunes, 1 de marzo 2010, 03:04
Una cabeza gigante de granito del faraón Amenhotep III, uno de los más destacados reyes de la dinastía XVIII, padre de Akenatón y abuelo de Tutankamón, fue hallada en su templo funerario en la zona de Kom el Hitan en Luxor, en el sur de Egipto. El Consejo Supremo de Antigüedades anunció ayer que el hallazgo se produjo durante los trabajos de excavación de las misiones de arqueólogos egipcios y europeos en la zona, localizada en la orilla occidental del río Nilo, a la altura de Luxor, 600 kilómetros al sur de El Cairo.
Amenhotep III gobernó de 1390 a 1352 a.C. en lo que fue el Nuevo Reino de Egipto. Presidió un vasto imperio que se extendía desde Nubia, en el sur, hasta Siria, en el norte. Su reinado puede calificarse como el más próspero de toda la historia de Egipto, pues transcurrió inmediatamente después de las gloriosas campañas asiáticas.
La pieza encontrada es considerada una de las más bonitas hechas por artistas antiguos, ya que muestra la cabeza del rey cuando era joven, adornada con una corona real de color blanco. Esa pieza, decorada con una cobra de color rojo, es el símbolo del Alto Egipto. La cabeza, de 2,5 metros de altura, pertenece a una estatua del rey, vestido con su ropa real, que fue hallada ya hace varios años.
Falta la barba
Esa figura recuperará ahora su cabeza, pero no la barba, que debió de desprendérsele en algún momento y que los arqueólogos piensan que está todavía enterrada bajo las arenas de Luxor. Y es que, según explicó la egiptóloga germano-armenia Hourig Sourouzian, jefa de la misión de arqueólogos que trabaja en la zona, en los últimos años han ido apareciendo numerosas piezas de la estatua de granito rojo, que se levantaba en la parte sur del templo funerario. Ahora esta enorme tumba se encuentra sumamente destruida, posiblemente por distintas inundaciones que han castigado la zona a lo largo de los años.
Esta cabeza gigante no es la única que los arqueólogos han encontrado de este faraón, que ha pasado a la Historia como el gran constructor, al idear varios puertos, canales y numerosos templos funerarios, entre ellos, el de Tebas, el más grande de Egipto. Quizá la cabeza más conocida y fotografiada de Amenhotep III es la que se encuentra en el Museo Británico de Londres.
La colosal escultura que procede del templo dedicado a Mut situado en Karnak, preside la zona del museo dedicada al antiguo Egipto y sigue los mismos cánones que la hallada ahora en Luxor: grandes dimensiones, corona y barba. La importancia histórica del abuelo de Tutankamón, además de las construcciones que alumbró, reside es su habilidad política. De hecho, se resistió discretamente al creciente poder del clero en la época y llegó a promover una nueva religión: el culto al antiguo dios del sol Rá.
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