La angustiosa búsqueda de un pescador tras hallar su kayak a la deriva

La historia, que ocurrió el pasado 26 de abril, está llena de casualidades. A mediodía, el Centro Operativo de Servicios (COS) de la Guardia Civil recibió una llamada desde el puerto de Fuengirola que alertaba del hallazgo del kayak.

Una patrulla del cuartel de Mijas se desplazó al lugar y se entrevistó con la persona que lo había encontrado, que resultó un joven que estaba navegando con una embarcación de recreo por la costa occidental.

Según relató a los agentes, localizó el kayak a la deriva cuando pasaba por el faro de Calaburras, mar adentro. La pequeña embarcación conservaba a bordo los remos, dos cañas, diversos utensilios para la pesca y un GPS portátil.

Todo parecía indicar que el kayak estaba ocupado por una persona que practicaba la pesca y que ésta se había caído al agua, de ahí que el joven que lo encontró decidiera acercarse a la costa y recorrer la zona por si lo localizaba.

Después de un rato, y viendo que sus intentos no dieron resultado, remolcó el kayak hasta el puerto de Fuengirola y avisó allí a las autoridades. La Guardia Civil alertó a Salvamento Marítimo y comenzó un dispositivo de búsqueda ante la sospecha de que se hubiera caído al agua y estuviese a la deriva, o incluso que se hubiera ahogado.

Al caer la tarde, y después de varias horas rastreando la costa, la Benemérita recibió una nueva llamada, esta vez de una mujer que informaba de que había recibido una llamada de su marido, que había salido a pescar con un kayak y no sabía nada de él desde la mañana.

Al parecer, el hombre se había caído al mar por un cambio repentino del viento y, pese a que nadó hasta él, no pudo alcanzar el kayak, que fue arrastrado por la corriente y el aire.

Efectivamente, el hombre estuvo varias horas a la deriva, pero tuvo la gran suerte de que fue rescatado por un barco de recreo turístico -de los que llevan a grupos para hacer excursiones por el mar- que pasó junto a él y que lo trasladó al puerto de Marbella.