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Una gran soledad envuelve a Rafael, Agustín y Verónica. En su orla de graduación aparecen más profesores que alumnos. Alguien podría pensar que es ... una broma, una noticia falsa. Pero no, es tan real como las grandes dificultadas que han tenido que superar para llegar al final de la carrera.
¿Es real la fama de duras y difíciles de algunas carreras universitarias? Según los datos facilitados por el Servicio de Calidad de la Universidad de Málaga, correspondientes al curso 2017/18, de las casi dos mil asignaturas que se imparten en la UMA (entre obligatorias y optativas) 31 de ellas tienen más de un 80% de suspensos y no presentados. Y todas ellas corresponden al área de conocimiento de Arquitectura e Ingenierías.
No es extraño que solo Rafael, Agustín y Verónica compartan espacio en la orla del grado en Ingeniería de Computadores: una de las asignaturas de esta carrera, Métodos estadísticos para la computación, se podría decir que es la más difícil de todas las que se cursan en la UMA, si por difícil entendemos el porcentaje de alumnos que no la superan, tanto por suspender el examen como por no llegar a presentarse. No presentarse es el recurso de muchos alumnos para no consumir convocatorias: los profesores dejan unos minutos para ver el examen y, si el alumno lo ve muy complicado, abandona, consta como no presentado y no les cuenta la convocatoria.
Métodos estadísticos para la computación es una asignatura de primer curso, y no logran superarla el 95,7 por ciento de los estudiantes, según datos del Servicio de Calidad correspondientes al curso 2017/18. De los 93 alumnos matriculados ese curso, solo aprobaron 4.
Pero si Métodos estadísticos tiene el récord, hay otras asignaturas también de primer curso que no se quedan atrás: Cálculo para la computación (89,6 % de no superados), Estructuras algebraicas para la computación (83,7) y Matemática discreta (82,9%). Y Análisis y diseño de algoritmos, que es de segundo curso y tiene un 86,5% de no superados.
«Son muy pocos los que realmente quieren hacer esta carrera. Llega gente muy despistada, sin saber en lo que se ha metido, porque la nota de corte se queda en un 5. Por esto no es raro que en el segundo cuatrimestre las clases que queden en la mitad», explica Rafael Hormigo. Reconoce que el caso de su orla es un tanto extremo, pues como representante de alumnos se ha encargado de las de todas las titulaciones y en el resto hay en torno a una treintena de graduados. «Los compañeros van arrastrando asignaturas, pronto se pierde el sentido de grupo, hay quien ni siquiera quiere salir en la orla, otros lo han dejado para el año que viene y a algunos les quedan aún más créditos del mínimo que se exige para poder graduarse», explica.
El director de la ETSI Informática, Ernesto Pimentel, se refiere también a esa falta de 'sentimiento de grupo' que provoca que los estudiantes tengan asignaturas de distintos cursos, y que tiene su reflejo tanto en la orla como en el propio acto de graduación que organiza cada año la escuela, al que acuden menos personas que los que terminaron sus estudios. Además, aclara que hay 19 alumnos de esta carrera matriculados en el trabajo fin de grado, por lo que podrían egresar este curso.
El caso de Rafael es además una excepción en las escuelas de ingenierías: Ha terminado la carrera en cuatro años. De hecho, le llaman 'el raro'. Pero no solo ha terminado en cuatro años: además es representante de alumnos en el consejo de estudiantes y de todas las escuelas de ingenierías a nivel estatal. Aún le queda el trabajo fin de grado, que lo presentará en febrero, pero ya tiene ofertas de trabajo sobre la mesa. No ha tenido que enviar ni un solo currículum y varias empresas han llamado a su puerta. Y él ha podido elegir: ya tiene un contrato con Freepik, la compañía malagueña de recursos gráficos.
Son en total 31 asignaturas en las que se supera el 80% en el porcentaje de no superados, de las algo más de dos mil materias diferentes que se imparten en la UMA, entre asignaturas obligatorias y optativas. Son los grados de la rama de Ingenierías y Arquitectura los que concentran todas estas carreras: el grado en Fundamentos de Arquitectura; tres de los cuatro grados que imparte la ETSI Informática: Computadores, Salud e Informática; cuatro de los cinco que se imparten en la ETSI de Telecomunicación: Sistemas de Telecomunicación, Sistemas Electrónicos, Tecnologías de Telecomunicación y Telemática; y cuatro de la Escuela de Ingenierías Industriales: Organización Industrial, Eléctrica, Tecnologías Industriales y el doble grado de Eléctrica y Electrónica Industrial.
También resulta significativo comprobar que la mayor parte de estas asignaturas son de primer curso, solo 10 son materias del segundo curso. Se comprueba de esta manera lo que comentan los estudiantes de estas carreras: primero es el curso más duro, los profesores hacen una auténtica criba y los que consiguen pasar de curso, en uno o más años, pueden tenerlo más fácil en los sucesivos. Una apreciación que tiene además una lógica si se relacionan los suspensos con las notas de acceso a estos grados: en muchos casos se quedan en un 5 y suponen el refugio para los que aprueban la selectividad en septiembre: el alumno se matricula en una ingeniería, porque es de las pocas carreras aún con plaza. Y se topa con un primer curso cargado de Física y Matemáticas, materias nada fáciles: hasta cuatro asignaturas de matemáticas (Matemática I a IV) hay en el primer curso de Tecnologías de Telecomunicación.
La vicerrectora de Estudios de Grado, María Chantal Pérez, indica que la Universidad está al tanto de estos datos, que es una situación que les preocupa y que se están adoptando medidas desde diferentes perspectivas. «Es un problema complejo, para el que no hay una única solución», apunta. Según la vicerrectora, los resultados de los alumnos tienen una relación muy directa con la nota de acceso a las titulaciones, de manera que los alumnos con nota de acceso más baja tienen luego peores resultados. Una de las medidas que se plantean los centros afectados es variar el orden de las asignaturas en los planes de estudios, de manera que el primer curso no se haga tan difícil para los alumnos.
El vicerrectorado de Estudios de Grado ha elaborado el denominado Plan Propio Integral de Docencia, que dedica especial atención a este problema del fracaso académico de sus alumnos, explica Chantal Pérez. Entre otras medidas, contempla la extensión de los denominados 'cursos 0', que se desarrollan en algunos centros para introducir a los alumnos en materias como Matemáticas unas semanas antes de que comience el curso. Además de consolidar y ampliar los que se imparten, se plantean también cursos de formación en competencias transversales, como las asociadas a la expresión y comprensión oral y escrita, la redacción académica, las técnicas de estudio, etcétera.
Para la vicerrectora, los departamentos, los centros y el equipo de gobierno están tomando medidas y analizan los resultados de las asignaturas con las comisiones de garantía de los títulos. Pero también señala que en muchos casos hay un problema vocacional, de alumnos que empiezan una carrera sin tener muy claro si les gustará.
Otra iniciativa que está dando buenos resultados es la de estudiantes mentores. Son alumnos de cursos superiores que ayudan a los de nuevo ingreso. La UMA pretende potenciar acciones de orientación e integración de los alumnos de los grados, por parte de otros alumnos de los cursos finales o incluso de los másteres. También se quiere potenciar y extender los Grupos de Orientación Universitaria (GOU), que han mostrado una especial efectividad en aquellos centros en los que se han implantado.
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Pedro Luis Alonso
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