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Agentes de la UPR, de la Policía Nacional, se despliegan en puntos estratégicos para controlar el orden público durante la feria del Centro. ÑITO SALAS Vídeo: Pedro J. Quero

La otra cara de la Feria del Centro de Málaga: el amplio despliegue policial para espantar a los malos

SUR acompaña a agentes de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), de la Policía Nacional, quienes permanecen con los ojos muy abiertos, entre otros motivos, ante los posibles casos de 'pinchazos'

Lunes, 15 de agosto 2022, 00:24

Había ganas de feria. Muchísimas. Se notó porque no cabía un alfiler en el Centro de Málaga en el arranque de estas fiestas después de que se vieran interrumpidas durante dos años consecutivos a causa de la pandemia. Mientras la gente bebía, bailaba y disfrutaba como si el mundo se fuese a terminar, los agentes de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) permanecía muy cerca, colocados en los puntos en los que se concentraba el mogollón, con los ojos bien abiertos para prevenir delitos e intervenir en caso de que la situación se desmadrase.

SUR acompañó a los efectivos de este grupo este sábado, en el regreso de esta esperadísima feria. Afortunadamente, al menos en su primera jornada, fue «más tranquila» de lo que cabía esperar. Cuatro detenciones y medio centenar de actas con aprehensiones de pequeñas cantidades de drogas, sobre todo de hachís y marihuana. Un balance en el que el despliegue policial fue esencial para garantizar el orden público en su primer día.

Este año, las denuncias interpuestas en distintos puntos de la provincia en las últimas semanas por posibles 'pinchazos' en entornos festivos y de ocio nocturno han dado lugar a la activación de un protocolo para vigilar especialmente esta problemática que tanto preocupa. De ahí que en sus distintas rondas por las calles abarrotadas del centro y en sus puntos fijos, los UPR estuvieran muy pendientes a las mujeres que presentasen síntomas de tener sus capacidades volitivas anuladas.

«Si vemos que alguna chica o adulta se encuentra muy mal y que va acompañada de uno o más varones, que claramente van en otro estado, intervenimos rápidamente: les preguntamos qué ha podido ocurrir, quiénes son y nos quedamos con sus datos si levantan sospechas», expone el agente responsable de los indicativos de este grupo desplegados en la feria del Centro, Óscar Romero.

En este caso, las actuaciones se encaminan a la prevención y a la identificación de posibles delincuentes que pretendan recurrir a esta técnica de sumisión química para aprovecharse de sus objetivos. «Nos centramos principalmente en las mujeres porque son las principales víctimas», indica el policía.

'Pinchazos' aparte, el complejo operativo desplegado por los UPR abarca mucho más, llegando incluso a intervenir para facilitar el paso de las ambulancias que tienen que atender emergencias y no pueden transitar al estar las calles repletas de gente. El dispositivo de la feria cuenta con diferentes fases en las que está muy presente que España se encuentra en nivel 4 por alerta terrorista.

Durante la tarde, los efectivos tuvieron que ayudar a las ambulancias apartando a personas a su paso para que pudieran acudir a las emergencias; también realizaron controles de vehículos y rondas por los puntos de mayor afluencia para prevenir la posible comisión de delitos. ÑITO SALAS
Imagen principal - Durante la tarde, los efectivos tuvieron que ayudar a las ambulancias apartando a personas a su paso para que pudieran acudir a las emergencias; también realizaron controles de vehículos y rondas por los puntos de mayor afluencia para prevenir la posible comisión de delitos.
Imagen secundaria 1 - Durante la tarde, los efectivos tuvieron que ayudar a las ambulancias apartando a personas a su paso para que pudieran acudir a las emergencias; también realizaron controles de vehículos y rondas por los puntos de mayor afluencia para prevenir la posible comisión de delitos.
Imagen secundaria 2 - Durante la tarde, los efectivos tuvieron que ayudar a las ambulancias apartando a personas a su paso para que pudieran acudir a las emergencias; también realizaron controles de vehículos y rondas por los puntos de mayor afluencia para prevenir la posible comisión de delitos.

De ahí que durante sus primeras horas, hasta aproximadamente las seis de la tarde, se pudiera ver a agentes colocados en puntos estratégicos, como la portada de calle Larios, la plaza de la Merced o en Tejón y Rodríguez, con imponentes ametralladoras modelo G36. Son puntos «antiterroristas» que se sitúan en las zonas de acceso a la feria del centro en los que los policías se mantienen en alerta a posibles amenazas de grupos armados o incidentes 'amok'. Estos últimos consisten en cualquier situación violenta en la que un agresor emplea medios para atacar a una población o un colectivo.

A partir de las seis, los UPR cambian las armas largas por los cascos y otros medios de protección para refugiarse ante posibles lanzamientos cuando les toca introducirse en la masa de gente desfasada para atender avisos por peleas, robos de carteras u otras alertas. Unas dos horas después, comienza la fase de desalojo y recogida, con mucha atención ante cualquier incidente que se pueda presentar.

Armas, drogas y peleas

El despliegue de esta primera jornada de feria logró su principal propósito, que era el de espantar a los 'malos' en una fiesta en la que se temía que el alcohol hiciera demasiados estragos. Aún así, tanto en la feria del Centro como en la del recinto del Cortijo de Torres, los UPR llevaron a cabo la detención de cuatro individuos por tenencia de armas prohibidas –una extensible y un puño americano–, por peleas con lesiones y por quebrantamiento de una condena por violencia de género.

Los ojos, además de estar puestos en la gente, también lo estaban en aquellos vehículos que se aproximaban a los puntos de acceso y que dieron lugar a numerosos controles y registros. «Muchas veces es en estos coches donde se transportan armas o drogas», apunta al respecto el inspector Romero. Pese a todo ello, parece que la ciudadanía pasó con creces la prueba el primer día en el que no los UPR no tuvieron que intervenir en grandes altercados. Y esperemos que así siga.

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