El ladrón que se delató en Fuengirola sin que nadie le preguntara: «Agente, yo no he atracado ningún súper»

Asaltó dos supermercados a punta de cuchillo en menos de media hora. Iba bien preparado e incluso se puso una máscara, como la que usan los protagonistas de la serie de La Casa de Papel, con el objetivo de no ser reconocido por las autoridades. Sin embargo, varias horas después, cuando caminaba confiado por la calle, la policía se fijó en él. Los agentes lo pararon y le preguntaron hacia dónde se dirigía. No tuvieron que indagar mucho más, el ladrón se delató solo y, sin que nadie le cuestionara por los robos, él mismo contestó: «Agente yo no he asaltado ningún súper».

Los hechos tuvieron lugar la semana pasada en Fuengirola. Sobre las 20.30 horas del jueves, un hombre encapuchado, oculto tras una careta y armado con un cuchillo entró en el supermercado de Maskon, situado en Camino de Coín. Amenazó a las cajeras y después se marchó del establecimiento.

No fue muy lejos. En concreto, acudió al supermercado El Jamón, situado en la Calle Núñez de Balboa, donde el delincuente volvió a esgrimir el cuchillo para hacerse con el dinero, aunque en esta ocasión escondía su rostro tras una bufanda. Solo había pasado media hora entre los dos asaltos, tras lo que la Policía Nacional, al tener conocimiento de lo ocurrido, desplegó un dispositivo para localizar y detener al sospechoso.

Contaban con las imágenes de cámaras de seguridad y con la descripción del sospechoso. Se trataba de un hombre de mediana edad, alto, que vestía un pantalón de chándal del Real Madrid, una chaqueta oscura y llevaba un bolso colgado de color azul.

Los agentes que le detuvieron lo encontraron caminando tranquilamente por la calle después de dar varias batidas por la zona. Le conocían por sus antecedentes y, aunque se había cambiado la parte de arriba, llevaba el mismo pantalón y el bolso. Los policías nacionales sospecharon inmediatamente y decidieron darle el alto para identificarlo. El instinto policial no falló.

El hombre se puso nervioso y fue él mismo, siempre según las fuentes consultadas por este periódico, el que manifestó de forma espontánea, sin que los agentes le preguntaran, que él no había atracado en ningún sitio. No se había dado cuenta, pero acababa de delatarse.

Los policías procedieron a cachearle y entonces encontraron los cuchillos, uno de ocho centímetros de hoja y el otro de once. Llevaba uno en el bolso de color azul, el mismo grabado en los asaltos, y el otro escondido entre el cinturón y el abdomen. Así procedieron a la detención del sospechoso, un hombre de nacionalidad española y de 52 años, que acabó en los calabozos de la Comisaría de Fuengirola.