José María Rosado y Valentina Puzstovit, en el domicilio de la ciudadana de origen húngaro en Vélez-Málaga. E. CABEZAS
Sucesos en Málaga

Los ángeles de Valentina: dos policías locales salvan a una vecina tras entrar en parada en Vélez-Málaga

Los agentes José María Rosado y Francisco Paneque consiguieron reanimar con un desfibrilador a una ciudadana de origen húngaro, diabética de 60 años, tras sufrir una bajada de azúcar en su domicilio

Lunes, 10 de julio 2023, 00:12

Valentina Puzstovit nació en Hungría hace 60 años. Tras vivir en Ucrania, el pasado enero salió del país en guerra para reencontrarse con su hija ... Tanya, que lleva 15 años residiendo en España, donde está casada con un veleño, con el que tiene dos hijas. La felicidad de esta refugiada y de su familia, tras apenas seis meses lejos del país invadido por Rusia, estuvo a punto de truncarse el pasado 11 de junio si no llega a ser por la rápida actuación de una patrulla de la Policía Local veleña, que estaba ese día de servicio. Desde entonces los agentes José María Rosado y Francisco Paneque, que es además oficial del cuerpo policial local, se han convertido en sus auténticos ángeles de la guarda.

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Esa jornada la familia de Vélez-Málaga se disponía a acudir a una comunión cuando Valentina Puzstovit sufrió una hipoglucemia, una bajada muy grave del nivel de azúcar en su cuerpo que le provocó incluso una parada cardiorrespiratoria. Desde hace ocho años esta ciudadana húngara, residente en la capital de la Axarquía desde hace apenas seis meses, está diagnostica de diabetes, por lo que precisa de administrarse insulina inyectada a diario. Fue su hija la que la encontró en la cama, «sin responder y con muy mal color, parecía que estaba muerta», rememora emocionada Tanya mientras abraza a su progenitora.

Tras las llamadas de auxilio al servicio de emergencias 112, La patrulla policial apenas tardó unos minutos en llegar, porque estaban casualmente muy cerca del domicilio de Valentina Puzstovit. Rosado y Paneque cogieron del vehículo policial el desfibrilador semiautomático que llevan todos los agentes de Vélez-Málaga. Tras comprobar que no tenía pulso, comenzaron a seguir las instrucciones del aparato y a realizar el correspondiente masaje cardiaco. Fueron apenas unos minutos, pero a Tanya y a su marido se les hicieron eternos.

«De pronto hizo un ruido y notamos que empezó a respirar. Fue entonces cuando con los guantes conseguí abrirle la boca y sujetarle la lengua para impedir que se ahogara», rememora José María Rosado ante la atenta mirada de la ciudadana húngara, que está esperando conseguir la nacionalidad española tras su salida de Ucrania y su reagrupamiento familiar también junto a su esposo, que se vino ya a residir en Vélez-Málaga hace unos cuatro años.

«Momentos muy duros»

«Muchas gracias a la Policía Local, a la ambulancia y a las emergencias», se esfuerza en decir Puzstovit en un castellano casi incomprensible aún, con la ayuda de su hija y de sus dos nietas. «Sois mis ángeles de la guarda», apostilla. Rosado confiesa que la intervención del mes pasado en este domicilio de Vélez-Málaga «fueron momentos muy duros, de mucha tensión, porque piensas que no lo vas a conseguir, pero por suerte todo salió bien», apostilla. A los pocos minutos de conseguir que recuperara el pulso, llegó la ambulancia de las urgencias, que consiguió estabilizarla, sin que fuera preciso trasladarla finalmente al centro hospitalario.

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«Le han dado ahora otras pautas para ponerse la insulina, está mucho mejor, sin tantos bajones, esperamos que le pongan un sensor en el brazo y que, con ello, podamos estar todos mucho más tranquilos, hacer una vida más normal», explica Tanya, quien también agradece «profundamente» a la patrulla policial de Vélez-Málaga su «rapidez y efectividad» en atender la emergencia «que le ha salvado la vida a mi madre».

«Ya estamos sufriendo bastante con todo lo que está pasando en nuestro país con la invasión de Rusia, ella tuvo que salir de allí porque aunque la guerra pilla lejos de su zona, no tenía ya a nadie, mi hermano vive en Hungría y mi padre está aquí, un hermano suyo sí ha muerto en la guerra», confiesa la hija de Valentina Puzstovit, quien confían en que «pronto» se termine el conflicto bélico «y podamos recuperar nuestro país», agrega.

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