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Vivía con la familia, así que podía aprovechar cualquier momento para quedarse a solas con la pequeña. Entre los meses de octubre de 2010 y junio de 2017, cuando la menor tenía entre cinco y doce años, el compañero de piso de los padres practicó abusos sexuales continuados sobre ella. Así se recoge en el escrito de acusación de la Fiscalía, que pide seis años de prisión por un delito continuado de abusos sexuales a un menor de edad.
Los hechos se produjeron en la vivienda familiar de la víctima, donde el ahora procesado tenía arrendada una habitación (en Benalmádena). Según expone la fiscal en sus conclusiones provisionales, el acusado actuaba «para dar satisfacción a sus deseos sexuales», y aprovechaba los momentos en los que los familiares de la menor se encontraban en otra habitación o fuera de la casa para efectuar «diversos actos de carácter libidinoso» sobre la niña.
En su relato de los hechos, la Fiscalía identifica hasta seis episodios que han podido ser ubicados de forma precisa en la línea temporal que va desde 2010 hasta 2017. Todos ellos se llevaron a cabo en momentos de diversa naturaleza en los que la pequeña estaba sola en una habitación de la casa –en muchos casos los padres se encontraban en la estancia contigua, planchando o atendiendo a invitados–, siempre según el escrito de la fiscal.
A los ojos del Ministerio Público, los hechos constituyen un delito de abuso sexual, por el que pide para el acusado una pena de seis años de prisión. Además, propone que la privación de libertad sea continuada con la prohibición de que el acusado contacte con la víctima, así como una orden de alejamiento (500 metros), durante otros seis años. De igual manera, pide el pago de 30.000 euros a la víctima en concepto de responsabilidad civil.
Estos hechos salen a la luz pocos días después de que SUR diese a conocer la acusación de la Fiscalía contra un joven que presuntamente abusó sexualmente de una niña de catorce años a la que se encontró en los baños de un pub. Después de haberle practicado tocamientos, la chica fue con su grupo y comenzó a contar lo sucedido. El acusado se percató de lo que estaba ocurriendo así que, según la Fiscalía, comenzó a gesticular de forma violenta para tratar de amedrentar a la menor, vocalizando de forma clara la frase «te mato, te mato» mientras movía el puño cerrado. El Ministerio Público pide para él tres años y medio de privación de libertad por abusos y amenazas.
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