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La alta sociedad pierde a Pitita Ridruejo

La alta sociedad pierde a Pitita Ridruejo

Casada con el diplomático filipino Mike Stilianopoulos, fue un personaje imprescindible en cualquier evento de postín y amiga de artistas como Warhol, Dalí y Fellini

I. CUESTA

Martes, 7 de mayo 2019, 00:16

El día que Pitita Ridruejo le contó a su marido que había visto a la Virgen, Mike Stilianopoulos, el hombre con el que compartió prácticamente toda su vida, le contestó sin inmutarse: «No se lo digas a nadie, que van a pensar que estás loca». Ayer, cuando la noticia de su muerte corría como la pólvora, España revolvía en la memoria para recordar a uno de esos personajes capaces de marcar una época. Esperanza Ridruejo murió ayer en su casa de Madrid a los 88 años después de una vida plena. No tantos pueden presumir de haber veraneado con Margarita de Inglaterra, tomado el té en Windsor y en los Hamptons, cambiado impresiones con Warhol, Dalí y Fellini y, además, haber visto a la Virgen.

Nacida en Soria en 1930 en el seno de una familia de banqueros que se codeaba con el arte (el poeta Dionisio Ridruejo era primo de su padre), la mujer que se convertiría en una de las grandes 'socialités' del siglo XX estudió en el colegio de la Asunción de Madrid y, más tarde, Literatura Inglesa en Belmont y Ginebra. Una educación exclusiva propia de una niña de clase alta española de la preguerra que la habría convertido en ama de casa y madre de familia bien si el destino no la hubiera cruzado con Mike Stilianopoulos, un diplomático filipino del que se enamoraría y con el que se casaría el 24 de junio de 1957. Con él, el futuro le deparó otro tipo de vida reservada para unos pocos: continuos viajes, dinero a espuertas y muy buenasy variadas relaciones. La familia Stilianopoulos (Mike y Pitita tuvieron tres hijos: Ana, Carlos y Claudia) vivió en Italia, en Manila, desde donde el entonces presidente Marcos requirió de los servicios de Mike, y en Londres, en donde durante muchos años ocupó el cargo de embajador de su país en Gran Bretaña.

Fue a su regreso a España cuando el matrimonio se convirtió en imprescindible en cualquier evento que se preciara. Fue en aquella época cuando -en honor a Ridruejo- la prensa bautizó como 'pititas' a ese tipo de mujer de alta sociedad, elegante y amable, que vivía en un mundo paralelo. Íntima amiga de celebridades tan dispares como la reina Sofía y Alaska y Mario Vaquerizo, que hoy lloran su muerte y acompañan a la familia, fue en 2013 cuando se declaró devota ferviente de la Virgen. Pitita pasaría los años siguientes estudiando religión y llegó a asegurar haber sido testigo de una aparición mariana. Mike falleció en 2016, y ayer Pitita volvió a reunirse con él. Sus restos mortales serán trasladados hoy a Soria, en donde recibirán sepultura.

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