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José Corbacho: «El polígrafo reventaría conmigo. Soy muy mentiroso»

Nací con Estrella... porque así se llama mi madre. No cazo Pokémon, pero sí destruyo aldeas enemigas con el ‘Clash of clans’. Mi último selfie ha sido con Jorge Javier Vázquez. Ahora presento ‘Spoiler’ y estrenaré en septiembre ‘El futuro ya no es lo que era’

Ester Requena

Martes, 23 de agosto 2016, 00:15

¿De qué odia que le hagan spoiler, además de las series?

(Risas) La única forma de estar curado de spoilers, que es el nuevo curado de espanto, es estar al día de todo. Y no me importa que me los hagan. La vida misma tiene un spoiler final...

La política en España está como su serie favorita, Juego de tronos, ¿no?

No sé si está más cerca de Juego de tronos o The walking dead, porque todos parecen una especie de muertos vivientes o de supervivientes que van por ahí y que no acaban de encontrarse.

Por cierto, que a usted no le dejaron ser extra en Juego de tronos.

Me apunté y me rechazaron... aunque hasta les dije que salía con la cara tapada. Pero a mí me pone mucho que me rechacen; soy muy romántico para esas cosas. ¡Lo que me ha costado a mí conquistar a mi mujer!

¿La suerte del feo, el guapo la desea? De pequeño era orejón, enclenque, enfermizo, con zapatos ortopédicos...

Sí, me dije: «Voy a tener una infancia complicada y así seré luego un cisne» (risas).

¿Qué hace para sentirse bien?

  • Yo me siento bien con cosas muy pequeñitas, que son las que, al final, te dan los grandes placeres. Me gusta estar rodeado de gente a la que quiero con una buena charla, una bebida fresquita y en un lugar apetecible.

Tiene la suerte de que no para de enlazar proyectos... y eso que todavía tiene suspensa la asignatura de Televisión en la carrera.

Pues sí. La tengo colgada y desde aquí hago un llamamiento a la Facultad de Ciencias de la Información para ver si por mi amplia trayectoria pueden convalidármela. Ojo, que tampoco pido un cum laude. A mi madre le tuve que falsificar la orla con Photoshop, pero luego se enteró por una entrevista de que lo que tenía colgado en el comedor era falso.

Dicen que está muy enmadrado pese a sus 50 años... ¿Qué le dice Estrella?

Me sigue llamando Pepito, cosa que es muy buena para mantener los pies en el suelo (risas). Y, por supuesto, me sigue dando consejos. También, aunque tenga 50 años, me pide que me meta la camiseta por dentro del pantalón cuando voy con ella porque asegura que parezco un pordiosero.

¿Y no le regañó cuando contó que perdió la virginidad entre pollos con 8 años?

Me dijo que dejase de decir tonterías y que no explicase tantas cosas, que un día iba a salir en el Sálvame (risas).

¡Pero si ya ha salido! Eso sí, no le han puesto el polígrafo.

Cuando hay que hacer promoción voy a todos lados. Pero el polígrafo reventaría porque soy muy mentiroso (risas). Mis amigos de toda la vida me siguen llamando pella porque acostumbro a tomarles el pelo todo lo que puedo.

¿Y sigue siendo tan chaquetero?

Bastante menos. Una de las cosas que te da la edad es decir eso de «yo soy así y así seguiré, nunca cambiaré», como canta la gran Alaska (risas).

¿En la intimidad sigue insistiendo con el tanga de leopardo o ya lo ha jubilado?

Lo he dejado. Estoy atravesando una época más elegante. El print animal está muy sobrevalorado y ahora estoy en una época de seda y de satén. Además, el tanga, con los años, te hace roces y es mejor ir en pelotas.

¿Cuál ha sido su mayor locura?

Mis mayores locuras casi siempre han sido por amor y desamor.

¿Es un romántico empedernido?

Sí, sí. Totalmente.

También se le ve muy intenso, pero me chivan que es muy vago.

¡Se lo han chivado bien! Me encanta no hacer nada, lo que pasa es que a veces se juntan los proyectos y soy culo de mal asiento. Soy intenso, pero luego tengo mis momentos de mucha, mucha, pero que mucha vagancia.

Pues solo le queda ser chica Almodóvar...

Es una espinita que tengo clavada. Aunque no quiero que me vistan de mujer. No doy bien... Pero sí, que me llame para lo que sea, hasta para un cameo junto con Agustín. Si Pedro me dice ven, lo dejo todo; soy romántico hasta para eso.

¡También le queda Torrente!

Le dije a Santiago que prefería ser el único en España en no salir (risas). Me lo ha ofrecido un par de veces y no he podido por cuestión de agenda.

¿Cómo va su brújula, mirando para Cuenca?

Funciona muy bien y la uso. Se llama iCuenca y es una brújula que te pones en el móvil para que puedas poner a tu pareja mirando para Cuenca... o que tu pareja te ponga a ti.

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