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Ángel Escalera
Sábado, 3 de octubre 2015, 00:28
La Congregación de Mena sumó ayer un hito histórico más a los acontecimientos habidos durante sus cien años de vida con el traslado del Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora de la Soledad hasta la Catedral. El acto fue un espléndido anticipo de la procesión extraordinaria que habrá el próximo sábado, cuando las imágenes regresen a Santo Domingo compartiendo el trono del Crucificado. Ambas tallas fueron llevadas al primer templo de la ciudad con motivo de un triduo que se celebrará del 8 al 10 de octubre y que forma parte de los actos organizados para conmemorar el centenario de la Congregación de Mena.
Dos minutos antes de la siete de la tarde se abrieron las puertas de la parroquia de Santo Domingo y el cortejo se puso en marcha. Caballeros legionarios llevaron al Cristo a hombros y lo levantaron a pulso mientras sonaba el himno nacional. En concreto, portaron al Crucificado dos escuadras de gastadores del Tercio Duque de Alba, II de La Legión, con sede en Ceuta. Marcando el paso fueron cuatro legionarios tocando el tambor. El Señor de la Buena Muerte estuvo escoltado por cuatro hermanos con faroles.
La Virgen de la Soledad fue procesionada sobre la peana de capilla de Nuestro Padre Jesús de la Puente del Cedrón, de la Hermandad de la Paloma, y en el trono de traslado de la Virgen de los Dolores Coronada (Expiración), con cuatro faroles de los Dolores de San Juan y pequeñas ánforas de la Virgen de Gracia y Esperanza (Estudiantes). La Virgen lució el nuevo manto de capilla y la saya de procesión, hechos por Salvador Oliver, así como el rosario bendecido por el Papa Francisco. Seis marineros escoltaron a la imagen. Tras el trono fue la banda de La Paz.
Tercio Duque de Alba
El cortejo estuvo compuesto por la cruz guía, flanqueada por cuatro faroles, la bandera de la congregación, el guión del Cristo junto a cuatro bastones, el guión de la Virgen con cuatro bastones y hermanos con velas. Participaron también el comandante naval de Málaga, Pablo Lewicki; el coronel del Tercio Duque de Alba, II de la Legión, Marcos Llago; el teniente coronel Agustín Carrera, jefe de la IV Bandera del II Tercio; el comandante Manuel Fresnadillo; el capitán Sergio Villaescusa; el suboficial mayor Francisco Casado; el cabo mayor Juan García Collado, así como el párroco de Santo Domingo, Juan Manuel Parra, entre otros. Las autoridades fueron recibidas por el hermano mayor de Mena, Antonio Jesús González.
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Al llegar el Cristo de la Buena Muerte ante el convento de las hermanas de la Cruz,en la plaza de Arriola, los legionarios lo giraron para situar la imagen frente al edificio. Seguidamente, se rezó un padrenuestro. Esas monjas serán las madrinas en la coronación canónica de Nuestra Señora de la Soledad. Cuando se produjo la llegada de la Virgen, la banda de música de la Paz interpretó la salve marinera. La procesión atrajo a mucho público. Fue emotivo el paso del cortejo por enclaves como las calle Nueva, Granada o San Agustín. En la Catedral, lo sagrados titulares y los congregantes fueron recibidos por el vicario general de la diócesis de Málaga, José Manuel Ferrary, que será el encargado de oficiar las eucaristías del triduo de la próxima semana.
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