«Nunca imaginé la trascendencia que tiene el cartel de la Semana Santa»

El pasado viernes se dio a conocer el cartel oficial de la Semana Santa de 2015. Su autor es Francisco Naranjo Beltrán, quien ha querido rescatar aquellas creaciones de los inicios de la Agrupación de Cofradías.

¿Satisfecho por la respuesta de los cofrades?

Mucho. La verdad es que no me esperaba tan buena acogida. Estoy muy contento. Por lo que me han comentado y por lo que he leído en las redes sociales, parece que mi obra ha tenido bastante aceptación.

¿Era consciente de las expectativas que se habían creado en torno a usted desde que se conoció su nombramiento?

Sí. Por eso tenía más miedo aún. Cuando se crean tantas expectativas, no sabe uno si va a estar al nivel de lo que se espera. Sin embargo, una vez dada a conocer la obra, por lo que percibo, pienso que ha gustado. A este respecto, he de decir que una de mis preocupaciones era que la Agrupación de Cofradías quedara contenta, como parece que ha ocurrido, según me manifestaron en la cena que hubo después de la presentación del cartel.

¿Qué le ha supuesto pintar el cartel oficial de la Semana Santa de Málaga?

Para mí ha sido un regalo, pues es algo que no esperaba. Este cartel me ha dado muchas alegrías. Profesionalmente, no me dedico a la pintura, sino a la restauración. En cambio, he pasado de ser invisible a ser visible en ese campo. Ahora se cuenta conmigo más. De hecho, ya tengo muchísimos proyectos para pintar carteles para los próximos años. Pintar el cartel de la Semana Santa de Málaga también me ha permitido conocer a mucha gente y vivir una experiencia que es muy bonita.

¿Se esperaba la dimensión que supone hacer el cartel oficial de la Semana Santa?

En ningún momento me imaginé la trascendencia que tiene el cartel.

¿Hay algún guiño en su obra a otras creaciones?

En mi obra trato de imitar las texturas de los carteles de principio del siglo XX, que eran serigrafías, pero llevándolo a los materiales que hay actualmente. Utilizo muchos tipos de materiales, a fin de lograr esos acabados.

Artísticamente, ¿dónde encuadraría su cartel?

Tiene un alto componente pop, pero tiene además una mezcla de varios estilos que me gustan, como el costumbrismo e historicismo del siglo XIX, el art nouveau de principio del siglo XX y el arte pop, sobre todo, la obra de Eugenio Chicano, que es un artista que me encanta.

Detrás de cada obra hay un mensaje. ¿Cuál es el suyo?

Partimos de la base de que he querido ser neutral. He pretendido hacer algo que gustase a todas las cofradías. Por eso he querido resaltar a la Agrupación de Cofradías como institución, pues es un ente que tiene mucho peso en la ciudad. La Agrupación está representada en una alegoría.

¿Tenía claro desde el principio los elementos a utilizar?

No. El proceso de desarrollo del cartel, desde el comienzo al final, ha sido largo; se han quedado muchas cosas por el camino. Ha sido más de pensar antes y luego añadir o eliminar elementos sobre la marcha. No he partido de un boceto inicial, sino de una idea mental inicial, que, a la hora de llevarla a la materia, he ido cambiando sobre la marcha. Como curiosidad, he de decirte que he pintado tres carteles hasta decantarme por éste, que me parecía que era el que mejor representaba la idea que quería transmitir.

En el cartel aparece en segundo término la Virgen de la Esperanza en su trono. ¿Por qué esta imagen?

Porque mis primeros conocimientos de la Semana Santa de Málaga venían de la figura de mi abuelo, Francisco Beltrán. Cuando era pequeño, él, que sí es de la capital, me contaba anécdotas que vivió cuando era niño. Un año, mi abuelo bajó a ver a la Esperanza a la Alameda y comenzó a llover. Su padre se quitó el abrigo, al igual que hicieron otros hombres, para cubrir el manto de la Virgen para que no se mojara. Esa es mi primera referencia de la Semana Santa de Málaga. Yo tenía cuatro o cinco años cuando me lo contaba.

Por último, la leyenda suntuosas procesiones no se utilizaba desde 1940. ¿Por qué ha querido rescatarla?

Porque me parece una frase muy bonita y porque pensaba que la gente que conoce mi trabajo esperaba de mí un guiño a los carteles de aquella época. No ha sido una petición. Fue una idea mía.