Playas y calas para desconectar en la costa malagueña

Desde Nerja hasta Manilva, todavía hoy es posible encontrar pequeños paraísos mediterráneos

Viernes, 26 de junio 2020, 00:01

Desde abruptos acantiladoshasta suaves dunas, pasando por calas amplias y cómodas. El litoral de la provincia de Málaga es variado y cuenta con muchas caras a lo largo de sus más de 160 kilómetros de longitud, entre Nerja y Manilva. Todos los veranos la Costa del Sol, en sus dos zonas diferenciadas, este y oeste, con la ciudad de Málaga como ecuador, es uno de los destinos más codiciados. Pero, en éste, en especial, son muchos los que buscan playas y calas singulares, distintas, pero sobre todo tranquilas, aunque esto suponga a veces accesos menos cómodos. Entre esas opciones, la costa que, en principio, tiene más que ofrecer por estar menos urbanizada. De hecho, en su extremo más occidental cuenta con su franja litoral protegida como paraje natural, los Acantilados de Maro. En este espacio protegido, se encuentra, por ejemplo, la cala de la Doncella, idílica y muy bien conservada, aunque para llegar hasta ella sea necesario hacer trayectos a pie o incluso moverse en kayak desde las playas colindantes. De pequeño tamaño, se encuentra, entre el conocido como peñón del Fraile y Punta Caleta.

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Más accesible y conocida es la también nerjeña Playa del Cañuelo, otra de las perlas de los Acantilados de Maro. Eso sí, para llegar hasta ella en temporada alta no se puede usar el vehículo propio. Se puede ir a pie o en una lanzadera que hace constantemente el recorrido desde el aparcamiento hasta la propia playa. De esa forma, se apuesta por la conservación de las playas que conforman este paraje natural. La playa es relativamente amplia y disfruta de otras características del conjunto de los Acantilados de Maro, como aguas cristalinas y una playa conformada por arena y piedra.

Más al oeste, pero sin salir del paraje natural, se encuentra la denominada playa del Carabeíllo Chico. A un paso de la conocida y populosa playa de Burriana hay un remanso de paz para los quieran disfrutar de un día de playa más sosegado. Eso sí, tiene un acceso algo complicado desde la propia playa de Burriana. Es una cala muy pequeña, rodeada por rocas de grandes dimensiones que dan cierta intimidad. En el municipio vecino de Torrox, también es conocida por muchos bañistas la plaza de Mazagarrobo o Tajo de la Virgen. Esta última denominación se debe a la existencia de un peñón donde, según cuenta la leyenda, se apareció la virgen de las Nieves (patrona de Torrox).

Aguas cristalinas

Para salvar a unos pescadores del pueblo de un temporal. Se trata de una playa de algo más de un kilómetro de longitud y unos veinte metros de anchura. Otro aliciente para disfrutar de esta cala está en sus aguas cristalinas, idóneas para disfrutar de actividades como el submarinismo. En el litoral veleño, también hay donde elegir. Así, en Almayate se encuentra una de las pocas playas naturistas del litoral. Situada a tan sólo un kilómetro de Torre del Mar, cuenta, además, con el aliciente de tener un camping con la misma filosofía naturista justo a su espalda. Eso sí, conviene aclarar que no toda la playa de Almayate es nudista. Únicamente está permitido ir sin ropa en el tramo situado en la zona conocida como Bajamar, que está convenientemente señalizada.

Playa de Mazagarrobo, en Torrox, junto al Tajo de la Virgen.

Por su parte, Rincón de la Victoria cuenta con una playa especialmente cómoda para quienes buscan algo diferente en Torre de Benagalbón. Para muchos su encanto está en no tener paseo marítimo. Por ese motivo, suele ser más tranquila que otras playas del mismo municipio. Ya en la capital malagueña, pero en su lado más oriental, se encuentra la playa de Peñón del Cuervo, muy conocida por bañistas de dentro y fuera de la provincia. Entre El Palo y La Araña, aguarda esta cala conocida por un espectacular roquedal situado en la propia orilla. No siempre es un refugio de tranquilidad, pero sí merece la pena acercarse en días laborables o fuera de temporada alta para disfrutar de su ecosistema. En sus aguas, de hecho, se puede ver una planta en peligro de extinción, la siempreviva malagueña.

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En la franja litoral más occidental de la Costa del Sol, a pesar de ser más conocida, aguardan playas como la de La Butibamba, en la Cala de Mijas, donde se erige el Torreón, una atalaya histórica que alberga en su interior un interesante centro de interpretación. Se trata de una cala de arena fina y tranquila que cuenta en algunas partes con zonas más abruptas. Además de echar un día de playa, es muy recomendable darse un paseo por la franja de la Senda Litoral de Málaga que la recorre.

Buena parte de la costa manilveña está en estado natural. J. A.

Más al oeste, se encuentran la playa de Cabopino, ya en territorio marbellí. Allí se puede visitar una de las joyas geológicas del litoral mediterráneo andaluz. Se trata de la franja costera situada junto al monumento natural de las Dunas de Artola, que se puede recorrer actualmente a pie a través de unas cómodas pasarelas de madera. Esta playa, que cuenta también con una zona para nudistas, está situada junto al puerto deportivo de Cabopino, donde se puede encontrar una variada oferta gastronómica en distintos establecimientos de restauración.

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Rincones sorprendentes

Otra opción interesante en Marbella es la de Realejo, una pequeña cala, situada cerca la playa de los Monteros, que es uno de esos rincones sorprendentemente tranquilos de la Costa del Sol Occidental. El hecho de esta entre dos playas de gran afluencia en temporada alta y su entorno natural la convierten en una de las calas más interesantes para los que buscan la paz en temporada alta. En la localidad vecina de Estepona, también hay mucho donde elegir, si bien, entre las más singulares se encuentra Bahía Dorada. Sus aguas son cristalinas y apropiadas, por tanto, para llevarse unas gafas de buceo y disfrutar de la fauna y la flora subacuática. Esta playa está muy cerca de la que se conoce como La Galera, a unos 8 kilómetros al oeste del casco urbano de Estepona.

El municipio de Casares cuenta con dos kilómetros de litoral. De esa franja, sobresale especialmente la conocida como playa Ancha, que tiene, en realidad, tres partes diferenciadas. Por un lado, está el tramo situado junto a la Torre de la Sal o Salto de la Mora, una bonita atalaya que en su día fue incluso castillo. Junto a ella está la Playa Chica, que llega hasta el arroyo de la Parrilla. En tercer lugar, estaría la que se conoce propiamente como playa Ancha, que limita con el territorio de Manilva. Esta zona cuenta con aguas cristalinas, arena fina y algunas zonas abruptas, con roquedales que se adentran en el Mediterráneo. Todo ello hace un conjunto muy singular. Salvo los tramos más urbanizados, Manilva tiene en su franja costera uno de sus mejores reclamos para los que buscan algo distinto. Así, además de la conocida como Chullera, está muy valorada la reserva ecológica de Playas de Manilva, un pequeño paraíso litoral, en el que el territorio malagueño da paso al del Campo de Gibraltar.

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