Málaga, una provincia golpeada por los atentados de la banda

Málaga y la Costa del Sol han sufrido los atentados de la banda terrorista. ETA ha actuado varias veces en la capital malagueña y en la provincia. El más reciente atentado se produjo el 6 de diciembre de 2004 cuando ETA explosionó un pequeño artefacto en pleno paseo del Parque en un día de gran afluencia de familias. No hubo que lamentar daños personales.

El 26 de julio de 2001 la banda intentó golpear en el corazón de la industria turística en Málaga colocando en el aparcamiento del aeropuerto de Málaga un coche bomba con 60 kilos de explosivos. El vehículo fue desactivado «a mano» por artificieros del Cuerpo Nacional de Policía tras más de seis horas de minucioso trabajo. El artefacto no llegó a explosionar a las ocho de la mañana, hora en la que un comunicante de la banda armada anunció a la DYA de San Sebastián que iba a estallar. La policía sospechó que el vehículo fue colocado por un comando itinerante no fichado por la policía. El coche, un Peugeot 405, con matrícula doblada de Madrid, había sido sustraído meses atrás en la localidad vasca de Cestona.

El 15 de julio de 2000, la banda terrorista asesinó al concejal popular José María Martín Carpena en la puerta de su domicilio, cuando se dirigía a participar en un acto público. Cuatro días después protagonizó un atentado frustrado con bomba- lapa contra el socialista malagueño José Asenjo.

Hubo otros cinco atentados cometidos los días 21 y 22 de junio de 2002, entre los que se encuentran los perpetrados en las localidades de Fuengirola, Mijas y Marbella.

Unos años antes, el alcalde del Partido Popular, José María Gómez, y el concejal de Urbanismo de Rincón de la Victoria, Francisco Robles Mejía eran el objetivo de un comando de ETA que colocaba una bomba debajo del coche del alcalde. El suceso conmocionaba la localidad, el 8 de septiembre de 1997. Para realizar el atentado, los terroristas colocaron en los bajos del Ford Escort del alcalde una caja de caudales con mil quinientos gramos de un compuesto de cloratita y amosal y en los de la furgoneta Nissan Vanette del concejal dos cajas fuertes con mil gramos del mismo explosivo. Un día antes, el 7 de septiembre ETA había intentado atentar contra el diputado del PP José Antonio Lemoche, pero la bomba lapa no se adhería a su coche, por lo que la retiraron.

En 1991, el 15 de febrero, la banda terrorista coloca un coche bomba con 50 kilos de explosivos junto a la antigua prisión, en la avenida Ortega y Gasset. Hubo siete heridos leves y cuantiosos daños materiales en los edificios de los alrededores. En abril de ese mismo año, la banda detonó un coche bomba con 35 kilos de amonal en las inmediaciones del cuartel de la Guardia Civil de Torremolinos. Cuatro heridos leves y diez personas contusionadas.

En el verano de 1998, la banda intentó atentar contra la ex alcaldesa de Málaga, Celia Villalobos y la alcaldesa de Fuengirola, Esperanza Oña. El atentado contra Villalobos se frustró al robar un delincuente el vehículo con explosivos que tenía que ser detonado al paso de Celia Villalobos.

Pero la presión terrorista viene desde muchos años antes. El verano del 79 se recuerda como la primera campaña de ETA contra intereses turísticos. A finales de junio de ese año, un potente artefacto explosionó en los hoteles Pyr y Las Palmeras de Fuengirola, sin causar heridos. Ocurrió días después de que un artefacto compuesto por 25 kilos de Goma-2 explosionara en Marbella. Más grave fue aún, por sus consecuencias, el atentado que se registró el 1 de julio del 79, cuando otro artefacto hizo explosión, esta vez en el balneario La Siesta, junto a Puerto Banús. En esa ocasión resultaron heridos dos turistas belgas.

El 26 de mayo de 1986, la todavía ETA Militar distribuía entre diferentes medios informativos un comunicado en el que amenazaba con llevar a cabo «una campaña de sabotajes» durante el verano que estaba a punto de comenzar y muy especialmente en las zonas turísticas del Mediterráneo. La amenaza iba dirigida especialmente a las infraestructuras turísticas, y así fue.

Tan sólo un día después del comunicado, un artefacto de mediana potencia explosionaba en el hotel Cervantes de Torremolinos. La explosión se produjo en la sala de espera del hotel y produjo daños materiales de escasa cuantía. Entonces, el explosivo utilizado por ETA estaba compuesto de trilita.

La campaña acababa de empezar, y sería dura. 24 horas después de este primer atentado la policía descubrió un paquete bomba en las instalaciones del hotel Andalucía Plaza de Marbella, y al día siguiente estallan 500 gramos de explosivos en el hotel Las Palmeras, causando daños materiales.

El 30 de ese mismo mes, la policía desactivó una bomba en una habitación del hotel Málaga Palacio, en pleno centro de la capital. La campaña continuaría durante todo el mes de junio, con artefactos de escasa potencia en los hoteles Atalaya Park y Aloha Golf. ETA se despidió con un atentado en un bungalow del hotel Puente Romano.

La banda terrorista volvió a intentar amedrentar al turismo en el verano del 96, y así el 12 de julio de ese año estallan tres artefactos de escasa potencia, dos en La Malagueta y uno en el parque. Tres días después, explosionó un artefacto compuesto por 500 kilos de amonal en un lavabo de La Rosaleda. Era la una de la madrugada y en el centro comercial aún había unas 800 personas. La noche del 16 de julio, un anónimo comunicó la colocación de un artefacto en la playa de La Malagueta. Cuando la policía acordonó la zona y desalojaron las terrazas de los bares, se oyó una explosión a la altura de los Baños del Carmen. ETA había escondido el explosivo entre las piedras.