El poder adquisitivo de los salarios
Aunque el salario medio ha aumentado cada año en términos nominales, se trata de un aumento ficticio, ya que la inflación ha anulado esa subida
JOSÉ M. DOMÍNGUEZ MARTÍNEZ. CATEDRÁTICO DE HACIENDA PÚBLICA DE LA UNIVERSIDAD DE MÁLAGA
Sábado, 14 de septiembre 2024, 02:00
Muchos son los indicadores que se utilizan para analizar la coyuntura económica de un país, pero hay uno de especial relevancia para conocer cómo evoluciona ... la posición económica de la población trabajadora, el de la capacidad adquisitiva real de los salarios. Varios son sus determinantes básicos: a) el nivel del salario nominal, esto es, la retribución percibida, a los precios corrientes de cada año; b) el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) que grava dicha retribución, basado en una retención a cuenta que se complementa, en su caso, con la cuota diferencial a satisfacer en el momento de la declaración anual; c) las cuotas de la Seguridad Social, sin que pueda perderse de vista que tanto la correspondiente a la persona empleada como a la empleadora tienen, en sentido económico, en principio, la naturaleza de 'salario diferido', a percibir cuando se obtenga la pensión de jubilación; d) la composición de la cesta de consumo, que varía de una persona a otra; y e) el nivel de precios de los bienes y servicios integrantes de dicha cesta, que arrojará una u otra cifra dependiendo del peso relativo de los diferentes productos y del lugar de residencia.
La cuota del IRPF va a depender, esencialmente, del nivel de ingresos, de los gastos deducibles, de la cuantía de la reducción por rendimientos del trabajo, del mínimo personal, de la configuración de la escala de gravamen y del nivel de los tipos impositivos, que son progresivos. En España, la tarifa se desdobla en una parte estatal común y otra dependiente de cada Comunidad Autónoma. En caso de que la tarifa no se ajuste cada año para contrarrestar el efecto de la inflación sobre la progresividad, se producirá un aumento encubierto e injustificado de la tributación.
Dado que los referidos factores son específicos para cada persona, sería necesario realizar un cálculo individualizado para conocer cómo varía la capacidad adquisitiva real de los salarios. A efectos comparativos, se suelen tomar unas referencias medias que, lógicamente, no pueden reflejar las diferencias que se derivan de las situaciones concretas de cada persona asalariada. Por otro lado, un análisis completo y riguroso requeriría computar el consumo que cada individuo efectúa de bienes y servicios suministrados gratuitamente, o a precios económicamente no significativos, por el Estado. Por lo que concierne a los impuestos sobre el consumo, forman parte del coste de los bienes. Su cuantía efectiva determinará cómo se reparte dicho coste entre valor añadido y carga fiscal indirecta.
Con fines meramente ilustrativos, en este artículo se analiza cómo ha evolucionado la capacidad adquisitiva real de una persona perceptora de la retribución salarial media existente en España. Se toman los siguientes años: 2008 (que marca el final de una etapa expansiva), 2012 (en plena crisis económica), 2015 (dentro de una etapa de recuperación económica), 2019 (anterior a la crisis de la pandemia del coronavirus), y 2022 (año marcado por el crecimiento económico, repunte de la inflación y ajustes de distinto tipo).
Las principales observaciones que se desprenden de dicho análisis son las siguientes:
i. La retribución salarial media (bruta) ha evolucionado así en los cinco años mencionados: 21.883, 22.726, 23.106, 24.396 y 26.949 euros, respectivamente. La retribución salarial media de 2022 es un 23,2% superior a la de 2008.
ii. Sin embargo, puesto que el índice de precios al consumo (IPC) registró un incremento del 26% entre ambos años, el salario bruto sufre una minoración en términos reales superior al 2%.
iii. El cálculo de la cuota del IRPF (con tributación individual, y sin computar las cotizaciones sociales) muestra que la carga sobre el salario bruto aumentó en 2012, año en el que se aplicó un gravamen complementario. Dicha carga disminuye en 2015, se mantiene en 2019, y aumenta en 2022.
iv. El indicador de la capacidad adquisitiva real de los salarios se calcula de la siguiente manera: a) se toma el salario nominal bruto; b) se le detrae la cuantía del IRPF, a fin de obtener el salario disponible en términos nominales (a precios de cada año); c) este último importe se expresa en términos reales (euros del año inicial) mediante el IPC. De esta manera, se observa que la capacidad adquisitiva del salario neto, partiendo de 2008, disminuyó en 2012, se recuperó en los otros dos años siguientes considerados, y retrocedió en 2022. La de este año fue un 4% inferior a la del año 2008.
En suma, aunque el salario medio ha aumentado cada año en términos nominales, se trata de un aumento ficticio, ya que la inflación ha anulado esa subida e infligido una pérdida de capacidad adquisitiva. Esa pérdida se acentúa una vez que se tiene en cuenta la carga del IRPF. Un enfoque distinto para cuantificar el poder adquisitivo sería calcular el número de horas de trabajo necesarias para adquirir una determinada cesta de bienes y servicios. Queda para otro momento hablar del concepto de precio-tiempo.
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