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Salta a la palestra el rumor de que Carmen Franco no era hija de su padre, Francisco Franco, sino de su tío, el piloto de ... aviación Ramón Franco, y de una mujer de mundo -eufemismo de prostituta- a la que apodaban 'La Gaviota' por sus delgadas y largas piernas, mujer a la que Ramón Franco sacó de la calle, instaló en su casa, pero a la que también propinaba unas palizas de muerte, lo que se convertiría en un anticipo de su errático comportamiento posterior; este bisbiseo no es nuevo y en él confluyen muchos datos ciertos que así lo avalan, por lo tanto, el comentario no pertenece al territorio de la calumnia, sino a hechos probados con fundados visos de realidad: anotaciones registrales manipuladas, o desaparecidas, a lo que se suma la inexistencia de una foto de Carmen Polo embarazada, foto que obsesiona a Paul Preston, o errores provocados en la fecha de nacimiento de la niña. Cuando afirmamos que Nenuca, cariñoso sobrenombre de Carmencita en círculos familiares, no era hija del Caudillo, queremos decir hija natural, porque, en realidad, fue hija a todos los efectos, incluso más allá de lo imaginable. ¿Se acuerdan de aquel mensaje que, en un documental rodado en 1937, Nenuca dedicó a todos los niños del mundo... alemán? ¿Recuerdan a su bondadoso padre detrás silabeando el forzado discurso que le habían hecho memorizar y que ella transmitió con voz temblorosa, junto a su madre hierática y distante? En ese momento, nadie podía imaginar, y menos contar, la verdad del asunto.
Ramón Franco, el hermanísimo, transitó todos los territorios posibles, tanto del firmamento como de la política, en la convulsa España de las décadas veinte y treinta del pasado siglo. El dandi de los cielos adquirió una fama merecida por la hazaña del vuelo del 'Plus Ultra', que pilotó desde Palos a Buenos Aires, con el apoyo logístico de una tripulación de lujo formada por Ruiz de Alda, Durán y el mecánico Rada. Sin embargo, Ramón protagonizó como nadie la gesta aeronáutica, aunque, años más tarde, dilapidó su prestigio por sus inexplicables cambios de chaqueta. Implicado en la conspiración de Cuatro Vientos en 1930, bombardeó el Palacio de Oriente, y lo hizo, pero con octavillas. Años más tarde, diputado republicano, pésimo orador parlamentario, al enterarse del fusilamiento de Ruiz de Alda en la cárcel Modelo se pasó al bando que lideraba su hermano, donde fue promovido a un puesto importante en Baleares, dentro de la Aviación Nacional, pero ¿el destino? truncó su carrera. Ramón Franco se estrelló como hicieron otros como Sanjurjo y Mola, que paradójicamente ensombrecían el aura eterna del dictador.
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