Alemania: la bestia acecha

A CADA UNO LO SUYO ·

Domingo, 15 de enero 2023, 11:06

Con todo este ajetreo y las fiestas navideñas, ha pasado casi por alto en la opinión pública unos hechos muy graves ocurridos en Alemania. «No ... puedo escuchar tanto a Wagner. Me entran ganas de invadir Polonia», decía Woody Allen en 'Misterioso asesinato en Manhattan' (1993). Dejando aparte al compositor alemán, algunos necesitan poca música para sacar lo que llevan dentro, que no es otra cosa que un militarismo extremo, el desprecio por la democracia y los avances sociales, la violencia como arma política, la defensa a ultranza de las oligarquías económicas aunque a veces se adornen de populismos, y el racismo sin límites. Y eso se llama nazismo. El pasado 7 de diciembre la policía alemana desarticula una operación denominada Der Tag X (El Día X), cuyo objetivo era destruir el Estado de Derecho en Alemania. Que algún fanático pretenda cosas como esa en el país germano no es noticia, ya que muchos no asumieron que Hitler y los suyos perdieron la guerra y dejaron un reguero de 50 millones de muertos. Lo que acojona es que en esa trama participan, junto a civiles de organizaciones de extrema derecha, miembros de las Fuerzas Armadas y policías. Llueve sobre mojado, ya que en los últimos años han surgido grupos neonazis, como 'Ciudadanos del Reich' y lo más preocupante, Alternativa para Alemania (AfD), partido que es el tercero del parlamento alemán y que supera el 20 % de votos en todos los Estados federados de la antigua RDA (en Turingia y Sajonia ha sido el partido más votado). La primera intentona Der Tag X fue en 2017, y aquí los líderes eran militares, con participación de policías de diferentes Estados federados y miembros de la AfD, y los conspiradores contaban con información nutrida de archivos policiales, sobre políticos de izquierda a liquidar. Las autoridades adoptaron después de este primer conato de 2017 medidas de vigilancia intensas sobre las unidades militares, alguna de las cuales incluso fueron disueltas. Se ve que no fueron suficientes. El 8 de noviembre de 1923, Hitler junto a un grupo de sus lacayos (Göering, Rosenberg y Hess, entre otros), asaltaron una cervecería donde el gobernador de Baviera, estaba pronunciando un discurso. Entre tiros y cervezas, declaró «la revolución nacional» contra la República de Weimar. Esa vez le salió mal, pero a los 10 años gobernaba Alemania. Aprendamos de la historia.

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Es verdad que a estas alturas un golpe de Estado en Alemania resulta inimaginable, pero también nos lo parecía una guerra en Europa como la de Ucrania, con imágenes que creíamos sepultadas para siempre en los documentales. Y un asalto al Capitolio de EE UU como el de 2021 o a los edificios institucionales de Brasil como el de este enero, sonaban más a películas extravagantes que a una dura realidad. Sin alarmismos, con serenidad, pero también con recia convicción, hay que defender la democracia, todos los días, de obra y pensamiento.

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