¿Cuento chino?
JACQUELINE CAMPOS
Sábado, 3 de diciembre 2016, 10:34
El clásico español de esta tarde ha dado para más de una sobremesa a lo largo de la semana y en alguna de ellas se podía escuchar que muchos clubes de fútbol europeos, también españoles, ya están en manos de magnates árabes o rusos. Pero también de chinos, ya que últimamente han aparecido los grupos o fondos inversores asiáticos acaparando el capital de muchos de estos clubes deportivos. Seguramente, solo sea la envoltura popular dada la importancia social que tiene el deporte rey en el mundo entero y, posiblemente, la que ellos consideran que va a tener muy pronto en su gran gigante asiático. Es una conclusión lógica, visto que hasta los partidos de la liga española se desarrollan en un horario como el de hoy, con la primera digestión en ciernes, en el que es factible su retransmisión directa al citado país.
Lo cierto es que todo esto es simplemente una anécdota, casi simbólica, si tenemos en cuenta que el inmenso superávit financiero de la segunda economía mundial es capaz de disponer de la mayor parte de los títulos de deuda de Estados Unidos que parece seguir siendo el primer país en el ranking económico mundial. Puede decirse que los chinos ya son dueños de medio mundo tanto en América, Africa y, desde luego, también de la vieja y convencional Europa.
Así que no es de extrañar que lleguen también a nuestra ciudad. Según la información que desde hace unos meses vienen recogiendo algunos medios, da la impresión que van a quedarse con media Marbella. Lo mismo tienen en su punto de mira Puerto Banús o el más emblemático de los hoteles de la Milla de Oro, como que proyectan una inversión superior a los trescientos millones de euros en una zona del este de la ciudad, especialmente sensible por sus altos valores ambientales. Y no queda aquí la cosa porque también plantean entrar en el famoso, y ya casi casposo, proyecto del puerto de La Bajadilla, una vez que nuestro amigo de Qatar se ha caído del programa.
No es por nada, pero todo esto suena como el cuento de la lechera, que quien mucho quiere corre el riesgo de quedarse sin nada. Da la impresión, solamente por las noticias que se leen, como si Marbella se hubiera convertido en el mayor de los objetivos de la inversión china. ¿No creen ustedes que en esto de las inversiones, los ciudadanos ya estamos un poco de vuelta? De cómo llega Wanda y cómo se marcha, o de la historia del qatarí que te vi cuyo desarrollo recuerda a 'El asombroso viaje de Pomponio Flato' una corta novela del premiado Eduardo Mendoza que tiene su ámbito en la zona de Medio Oriente.
Se echa de menos que Marbella disponga de una oficina, o equipo de promoción y gestión de inversiones extranjeras, dotada de un buen equipo técnico con experiencia e independencia profesional que, al mismo tiempo, se ocupe de la promoción de la ciudad como destino de inversiones, que se encargue de facilitar la llegada de inversores extranjeros y que, naturalmente, todas las posibles operaciones se lleven a cabo sobre bases de transparencia y objetividad.
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