Marquesa de Larios
«Que en el Sur los gintonics se hacen con Larios es algo que uno debe saber desde que es pequeño»
Txema Martín
Martes, 2 de agosto 2016, 09:45
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Txema Martín
Martes, 2 de agosto 2016, 09:45
Hay constancia de que todavía existen personas en el mundo que piden el gintonic así: -¡Una marquesa de Larios!
La primera vez que escuché a alguien pronunciar estas palabras fue al inolvidable Paco González Pedraza, poeta que bebió mucho pero nunca derramó una copa, de quien Rafael Pérez Estrada dijo que era 'un eterno muchacho mágico' y cuya relación con la ginebra fue, ante todo, umbilical, casi como la nuestra. Pocas veces una marca de bebida espirituosa, que ha quitado tanta sed y tanta malaria, ha tenido un relación emocional con una ciudad y con una literatura como Larios con Málaga. Es además una tradición marcada por el éxito: es la primera marca de ginebra española, desde que el tercer Marqués de Larios comprara una destilería en 1916 y fundara Larios y Cía, y desde que en 1932 se empezara a producir este líquido malagueño destilado con enebro salvaje, que debe de ser el mejor de todos los enebros. Sus ventas aumentaron en los ochenta, cuando se convirtió en la ginebra más consumida en Europa, y la tercera del mundo.
Hace poco sobrevino una desesperada moda de gintonics marcados por el esnobismo y por una excentricidad apta para todos los públicos que añadían a este brebaje jardinería y floristería, mancillando su buen nombre con un líquido dulzón y amarillento, incluso rosa, o aderezado mediante todo tipo de elementos flotantes. Larios quedó por momentos denostada por las nuevas olas de los aficionados a esta combinación, curtiéndose la fama de servir para limpiar las barras de los bares más antipáticos de la ciudad. Pero, como las aguas, los buenos licores también vuelven a su cauce. En un esfuerzo por volver a posicionarse en el concurrido panorama de la mezcla de ginebra y tónica, le salieron hermanas pijas y ahora sacan ediciones especiales que llegan con un diseño ideado por otros malagueños, los de Narita Estudio. Uno de estos diseños es el de la Feria de Málaga, protagonista de una edición especial con elementos muy nuestros y con frases que firmarían quienes son capaces de empalmar la feria de día con la de la noche, y poder contarlo.
Que en el Sur los gintonics se hacen con Larios es algo que uno debe saber desde que es pequeño, cuando se escucha por primera vez uno de los sonidos más sugerentes que existen en el mundo, que es el del hielo quebrándose y partiéndose recién regado en un vaso de tubo, caparazón original del gintonic frente a la poligonera copa de balón. Desde hace tanto tiempo hasta ahora, pasando por supuesto por Manuel Alcántara que es y será siempre el gran embajador de esta ginebra seca y bien entendida, el gintonic de Larios ha marcado en esta orgullosa y férrea relación que mantienen los oficios literarios con ciertos estados de la mente, siendo un verdadero precursor de las líneas más valientes de nuestra literatura y, por qué no decirlo, de los momentos más atrevidos de nuestra existencia.
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