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A CADA UNO LO SUYO

Ciencia infusa

Han nacido con la Enciclopedia Espasa en la cabeza y pontifican a sus anchas en las tertulias

PEDRO MORENO BRENES

Domingo, 7 de febrero 2016, 10:17

Bernardo de Chartres, filósofo del siglo XII y canciller de la catedral de Chartres, decía que «somos como enanos a hombros de gigantes. Podemos ver más, y más lejos que ellos, no por la agudeza de nuestra vista ni por la altura de nuestro cuerpo, sino porque alcanzamos lo alto levantados por la altura gigantesca». Yo interpreto que lo que quería decirnos el maestro de Juan de Salisbury es que hay que ser modesto, que no hay que ir por la vida de 'enterao' y que lo que sabemos lo hemos aprendido de lo que otros han ido estudiando y enseñando sucesivamente, acumulando ciencia a lo largo de las generaciones. Sin embargo, vengo observando un apogeo formidable de una vieja categoría escolástica, la ciencia infusa, por la que los conocimientos son comunicados por Dios al alma humana; por tanto, algunas personas adquieren sabiduría sin estudio alguno. Vamos, que uno es culto y aplicado por derecho divino.

Pululan por ahí legiones de 'intelectuales' que están de vuelta sin haber llegado a ningún sitio, que lo saben todo y hasta que ellos no han llegado, el mundo estaba inmerso en la oscuridad de la que hemos salido gracias a esas inteligencias sin par. No necesitan quemarse las pestañas con los libros, han nacido con la Enciclopedia Espasa en la cabeza y pontifican a sus anchas, con su carnet de 'listo oficial', en las tertulias, editoriales y en la vida política, literaria y otros mundos de mal vivir.

Un servidor de ustedes, lo poco que sabe lo ha aprendido en los libros, escuchando a gente que sabe más que uno y procurando aportar algo rumiando esa herencia sin caer en el indecoroso plagio. En definitiva, recibiendo conocimiento de mis mayores y enseñándolo (ese es mi oficio) en la medida de lo posible con mi impronta, cortita, pero mía. Lo de ciencia infusa me recuerda a la infusión que me tomo por las mañanas con mis colegas en la facultad, y la verdad es que subo al despacho tan garrulo como antes; puede que el menta poleo no entienda mucho de la 'Suma Teológica'.

Creo que hay que volver a los clásicos y aprender de ellos, y como afirma Baltasar Gracián ('Oráculo manual y arte de la prudencia'. 15 Rodéate de gente inteligente): «En el mundo hay mucho qué aprender y poco tiempo para conocerlo, y no se vive si no se conoce. Es, pues, una singular destreza el adquirir sabiduría gratuitamente, y es lo que logras escuchando mucho a muchos, que así luego sabrás más que todos».

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