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EL MIRADOR

Cuento de Navidad

De hecho ni Moncloa ni el FMI van a convencer al paisano de que le está llegando lo que no le llega

Teodoro León Gross

Martes, 23 de diciembre 2014, 11:47

El Gobierno ha vaticinado una gran Navidad. Ya podrían haber dicho directamente que una estrella en el cielo ha guiado a tres reyes magos de la prosperidad -el ministro de Hacienda, el ministro de Economía y la ministra de Trabajo- al Portal de Moncloa trayendo oro fiscal, incienso del PIB y empleo como mirra a espuertas para redimir al país. Como cuento no está mal. Son fechas propicias para la fantasía, así que por qué no una más. Si toca creer en milagros, ése suena bien. Pero incluso como milagro parece ir demasiado lejos. Se están haciendo buenos números, pero no bien los deberes. Es el peaje del año electoral. Por eso a las comunidades se les acaban de indultar los intereses de la deuda, y se les va a financiar gratis con otro FLA fomentando el despilfarro con el grifo del BCE. No es una previsión; sino sí o sí. Y la deuda ya iguala al PIB; de record en record. De momento se vende que España va mejor que Europa, pero de hecho Europa está en un parón, así que no parece muy difícil superar algo inmóvil. Convendría un argumento más consistente que eso o que hay más comilonas de Navidad. Tampoco cuela el discurso de las exportaciones, un tercio respecto a 2013, y hundidos en el ranking de importaciones. El milagro, claro, va sobrado de literatura.

Hay buenos datos macro, sí, pero no para los ciudadanos. Y ni Moncloa ni el FMI van a convencer al paisano de que le está llegando lo que no le llega. Esos grandes datos no le sirven a los ocho millones de pensionistas de poder adquisitivo raquítico -con la mitad del Fondo de Reserva ya liquidado por el Gobierno- y bastante más presión fiscal mientras se hacen contratos basuras, hasta ser un éxito el seiscienteurista, con los salarios otra vez debilitados, salvo los empleados públicos, con otro medio punto en la tasa interanual. El Gobierno miente descaradamente pensando en las elecciones; los salarios devaluados no están haciendo ganar competitividad sino sosteniendo un Estado con elefantiasis a medida de la casta partidista mientra la gente va jodida. Y el peaje social es costoso: España es el país europeo donde más ha aumentado la desigualdad. Tras los mantras retóricos del Pacto Social, la tasa de cobertura para desempleo ha caído diez puntos desde el relevo en el poder. La macroeconomía ha evitado el pánico, eso es cierto, en un momento propicio con el continente de capa de caída, pero llevando malas noticias a la economía real. Los mejores datos de paro van a ser pésimos; con perfil contrato basura a mansalva. A pesar de las consignas diseñadas por la maquinaria de propaganda de Arriola -'La crisis es historia', 'España, motor de Europa'- de hecho siguen cayendo en las encuestas y en los indicadores de confianza. ¿Por qué será? Pues eso, al final esto de la Navidad sí que parece un buen cuento.

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