

Secciones
Servicios
Destacamos
ESTHER GÓMEZ
Martes, 4 de enero 2022, 00:28
De nata o trufa, crema pastelera, cabello de ángel, merengue o mitad y mitad, así son los roscones de Reyes a la carta de Antonio ... Sánchez, panadero de profesión y propietario de La Duquesa, que inauguró un 13 de diciembre de hace 22 años y que, con mucho esfuerzo y tesón, ha convertido en una de las panaderías más reconocidas de Marbella y de las mejor valoradas de la provincia de Málaga. Cada Navidad en ella preparan y venden más de 600 roscones. «No son muchos», asegura, «sobre todo si se compara con la producción de una gran superficie comercial o con la de una cadena de panaderías» de las que tanto han proliferado en los últimos años en cualquier ciudad española. A Antonio Sánchez no le importa. No busca competir con gigantes que trabajan con masas precocidas, sucedáneos de los que «vete tú a saber» y productos que, si bien son más económicos y rentables, probablemente también sean de menor calidad. Su panadería es «un obrador pequeño y artesano» en el que se apuesta por «la calidad frente a la cantidad» y en el que han hecho de ella una máxima de su hacer diario. El suyo es un roscón artesanal que se elabora a base de ingredientes de primera y siguiendo las pautas del recetario clásico que también conoce este panadero marbellí de raíces cordobesas. Harina, huevo, agua de azahar, azúcar y ralladura de naranja y limón para la masa; calabazate rojo y verde, almendras picadas y rodajas de naranja para decorar el exterior.
Aunque su receta de este dulce típico de Navidad parte de la versión más tradicional, con los años, en La Duquesa han ido realizando algunas modificaciones sobre ella, incorporando sabores diferentes para el relleno o nuevos ingredientes para la decoración final como resultado de la experiencia y de los cambios en los gustos del cliente. Así, desde hace siete años han sustituido las rodajas de naranja escarchada por discos de esta misma fruta en almíbar, que no se resecan tanto y que, a juicio de Sánchez, quedan mucho más jugosas, comenta.
Junto a los tradicionales de nata, trufa o crema pastelera, han incluido algunos nuevos como el de dulce de leche, «que gusta mucho y se pide bastante», indica. A lo que este profesional no se ha animado, aunque hay quien se lo han pedido, es a preparar roscones con combinaciones de sabores «peligrosas» que a priori sabe que no van a salir bien, afirma. Sánchez, que confiesa que le encanta lo que hace, lleva en el oficio toda la vida. Empezó en él con apenas 12 años y a los 14 ya trasteaba en la trastienda del obrador de su padre, donde en más de una ocasión prefirió quedarse amasando y probando recetas nuevas, a salir a jugar con los amigos a la plaza, recuerda con una medio sonrisa.
A veces, cuando sus hijos eran más jóvenes y estaban de vacaciones, alguno de ellos le ayudaba en la panadería durante las fiestas, aunque cada vez puede contar con ellos con menos frecuencia porque están estudiando y trabajando fuera. Han optado por buscar su porvenir en sectores muy diferentes al suyo, comenta, y admite que le da «algo de pena» que no sigan sus pasos.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.