Elphomega y Vúfalo: Catarata de emociones sobre terciopelo azul

Del hoodie al blazer, del pop-rock al rap. De Billy Wilder a David Lynch. De la comedia al drama, como Tom Hanks, dice Sergio. Lo cierto es que pocos artistas de la escena musical actual son tan versátiles, originales y están tan carentes de prejuicios culturales como Albarracín. Un mes lo vemos presentando un libro escrito e ilustrado por él mismo. A los pocos siguientes, descargamos un tema suyo egotrip perteneciente a un descarte de lo que será su próximo trabajo, y al poco después, regresando a Málaga en su gira de Catarata, el grupo de pop-rock que el rapero tiene con Pitino Elvira, guitarrista de Standstill. Pero en este caso, el one-man army no vino solo: Vúfalo, Pitino Elvira y Benja Villegas acompañaron al Fenómeno en la velada.

Antes de que la catarata comenzara a fluir, Vúfalo allanó el terreno en Velvet cual tormenta de arena en Arizona. El sonido del grupo, que gracias a Javi Cordovilla sigue recordándonos al histórico Hora Zulú, destila un rock que camina entre las aguas del metal y el pop. Así, los de Granada telonearon a Elphomega mostrando lo mejor de El Jinete Eléctrico y El Tiempo de los Superhéroes, un rock marcado por líricas introspectivas, que reflexionan sobre diferentes estados del ser humano: optimismo, pesimismo, sensación de vértigo ante el riesgo de tomar decisiones, la pérdida, etc. Como se podrá observar, temáticas afines a las letras de Elphomega. Batman los cría y ellos se juntan: en Arkham. Además, la cercanía del espacio de la sala respecto al público propició que los miembros de la banda, los jinetes Sergio Vera, Enrique Pérez, Antonio Nadir y Javi Cordovilla conectaran con el público desde el principio, generando un ambiente excepcional entre guitarras, barbas y cervezas. Good. Real Good.

Sin cadenas, como Django

La Catarata de Elpho y Elvira dejaron la sala como Waterworld. Los cabezas (o hidras) de cartel se encontraron con una Málaga ávida de escuchar nuevamente a Sergi Entertainment y a Piti junto a Benja sobre el escenario. Dando la bienvenida a través de un saludo enérgico seguido de aplausos, gritos, cervezas en el aire y demás vítores por parte de los malagueños, el rapero y el rockero se movían por el escenario con una seguridad y comodidad pasmosa. El Galgo, Alumbramiento, Tom Hanks, o El Cactus tuvieron una acogida excelente, como el resto de temas del disco, que interpretaron al completo: Nos vamos no porque no queramos cantar más canciones, sino porque no tenemos más, comentaba Elpho, risueño.

Durante unos momentos, la sala pareció convertirse en el típico antro donde de lejos ves a Marv pedir un whisky doble y bebérselo de un trago. Y es que la Catarata no sólo empapó a los asistentes de rock y blues, sino también de rap, regalando versiones de Armonía Asesina y Como un Fan, entre otras perlas (pregunta dentro por tu talla). En este sentido, la a capela de Mi Identidad hizo que más de alguna barba y tupé neófita en el rap gritara un yeah! al acabar el rapeo. Claro, claro, tú ahora quieres mis gafas, parecía decirnos, cthulheando como nos gusta.

El súmmum de la noche tuvo lugar con un fantástico e intenso remix de Stardust, uno de los himnos que ya se ha convertido en un clásico de culto entre los seguidores del MC. Los Warriors, cuando escuchan esa canción, notan como sus niveles de serotonina, endorfinas y adrenalina se disparan, sintiéndose de Krypton, más que humanos: creativos, ingeniosos e inteligentes. Pero ojo, sin creernos Ozymandias.