Los restaurantes que mantienen la cocina abierta todo el día crecen en Málaga

Juan Soto

Málaga

Viernes, 7 de abril 2023, 01:18

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«Se nos ha hecho tarde; a ver dónde conseguimos que nos den de comer a esta hora». Este problema, habitual hasta hace unos años en Málaga, ocurre cada vez con menos frecuencia. La constante llegada de turistas a cualquier hora del día a la ciudad ha animado a numerosos hosteleros a mantener las cocinas abiertas durante todo el día. Ya sea para atender a los clientes de una mesa que se alarga en exceso o para asistir a unos extranjeros que acaban de llegar sin comer, los negocios con cocina 'non stop' son ahora mayoría. Estos son algunos de los que ofrecen comida durante toda la jornada.

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Uno de los restaurantes más tradicionales de la ciudad mantiene su cocina abierta de 12 a 00 horas. Ubicado en pleno Centro y con un carta mediterránea especializada en carnes a la brasa, pescados y paellas, permite a sus clientes comer a cualquier hora del día, por lo que habitualmente se mezclan personas que terminan de almorzar con otras que empiezan a cenar. «Empezamos manteniendo un camarero para las copas, pero luego incorporamos también a un cocinero, que se queda de guardia y realizando la logística propia del restaurante», explica el gerente del restaurante, Ángel Sánchez-Rosso.

El hostelero explica que en temporada alta es un éxito porque muchos visitantes llegan del aeropuerto a horas intempestivas y les apetece comer algo. A su juicio, estar abierto durante todo el día le aporta diferentes ventajas: «Es más operativo porque das sensación de abierto y si alguien pasan por la puerta se queda con la idea de que pueden volver luego», resume. En su caso, abrir más horas también le ha permitido captar a turistas que llegan en alguno de los diferentes tours gastronómicos que se realizan por el Centro. «Todos los días, alrededor de las 19 horas, nos llega algún grupo», añade.

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El grupo La Reserva mantiene dos de sus restaurantes en el Centro abiertos todo el día. La Reserva del Olivo y La Reserva 12 cuentan con un retén de guardia para que los clientes no deban preocuparse por el horario de cocina. En su caso ofrecen la carta completa, sea la hora que sea.

El hostelero José Gómez confiesa contar con un grupo muy importante de clientes que acude relativamente tarde a comer (o pronto a cenar). Generalmente son turistas que desayunan fuerte en el hotel y no acuden al restaurante hasta las cinco de la tarde después de hacer una ruta por el Centro y visitar algún museo. «Cuando han terminado se sientan tranquilos y hacen un almuerzo-cena antes de regresar al hotel», resume. «En una ciudad turística como Málaga tiene que haber cocinas abiertas para que los visitantes no estén preocupados por la comida», añade.

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El empresario hostelero Mariano Reche amplió el horario del restaurante porque le daba vergüenza decirle que no podían entrar a las personas que intentaban comer pasadas las cuatro de la tarde. «Empezamos como una prueba hace 15 años y ha durado hasta ahora». Con una carta tradicional en pleno Centro, en sus dos negocios (tanto el restaurante como la taberna situada enfrente) se puede picar entre horas sin temor al cierre.

Explica que entre las 16.30 y las 19 horas hay un personal reducido que aprovecha para reponer y hacer otras tareas habituales del restaurante. A esas horas suele haber sobremesas que se alargan o grupos de extranjeros que quieren cenar antes de las 18.30 horas. «Es su horario habitual y es importante que sepan que nosotros podemos atenderlos».

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Alejado del Centro Histórico, El Balneario también mantiene su cocina abierta de 12 a 00 horas en Los Baños del Carmen. El empresario hostelero Damián Caneda explica que el establecimiento se mantiene operativo durante toda la jornada para atender a quienes van a comer o simplemente tomar unas tapas o unas copas. Aunque no suele ser un público tan numeroso como el que recorre el Centro, el atractivo del mar logra que el ambiente siempre sea animado.

El Balneario mantiene su carta siempre completa y se especializa en pescados de la bahía y arroces, aunque también cuenta con una variada oferta de entrantes.

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Casa Lola, grupo de restauración con varios establecimientos repartidos por el Centro, también ofrece una cocina abierta de 12 a 00 horas para atender tanto a los clientes nacionales como a los numerosos extranjeros que llenan las tabernas en el horario intermedio entre el almuerzo y la cena.

El empresario hostelero Juan Manuel Burón explica que mantener la cocina abierta era algo que tenía claro cuando abrió su primer local. Recuerda que cuando era estudiante muchos días se quedaba sin comer porque no había nada abierto pasadas las 16 horas. Ahora -confiesa- sus locales están llenos todos los días a las seis de la tarde porque muchos turistas adelantan las cenas. «Es muy cómodo que sepas que siempre vas a tener un local abierto en el que vas a poder comer», sentencia.

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La Malagueña, en plena plaza del Obispo, junto a la Catedral, es paso obligatorio de todos los turistas que visitan la ciudad, y por tanto una taberna de parada recurrente para los visitantes. Por eso, desde el primer momento comprobaron las ventajas de abrir durante todo el día para atender a esa incesante demanda.

El empresario malagueño Damián Caneda explica que hay mucha gente que adelanta la cena o incluso quien empieza a picar temprano y ya se queda hasta el almuerzo. «Aunque a las cinco no haya clientes, nosotros seguimos abiertos porque estamos haciendo todos los preparativos». Las tapas, el pescaíto frito y las paellas son las especialidades de este popular establecimiento de la capital.

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Para quienes buscan una alternativa más informal, Le Grand Café puede ser una gran opción. Este grupo de restauración, que cuenta con varios establecimientos tanto en Málaga como en Torremolinos, mantiene la cocina abierta desde que abren a las 12 horas. El hostelero Kike Colorado explica que lo hicieron desde el mismo momento que llegaron al Centro: «Vimos que casi todos los restaurantes tienen turno partido y que nosotros podíamos ocupar esa franja».

Ahora se han convertido en un punto de encuentro tanto de clientes nacionales como extranjeros que quieren comer algo rápido antes de irse al aeropuerto o seguir la ruta por la capital. «El cliente que visita Málaga no tiene un horario fijo de entrada y por lo tanto hay que darle servicio», opina.