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ESPERANZA PELÁEZ
Sábado, 22 de febrero 2020, 01:07
El 'delivery', reparto de comida a domicilio, es el segmento que más crece dentro de la restauración. Diversos estudios lo sitúan en 50 a 1 ... frente al restaurante tradicional, porque sustituye el cocinado en casa más que la salida de ocio o de trabajo. El reto es posicionarse en el mercado, y Booh!, una 'startup' malagueña, lo está logrando.
Angelo di Placido, Daniel Bueno y Tomás Alegre son los creadores de Booh!. Solo Daniel Bueno tenía experiencia en restauración, como propietario de Fish&Go, una franquicia de pescaíto frito en freidoras ecológicas para llevar. Di Placido dirige una empresa de impresión en 3D, y Alegre es experto en gestión de equipos. Apostaron por innovar en el sector de las 'dark kitchen' o 'cocinas fantasma', cocinas de producción para reparto a domicilio, y crearon su «centro urbano de restaurantes digitales», como lo llama Di Placido, que en solo dos meses funcionando de cara al público supera las proyecciones más optimistas pese a estar aún al mínimo de su capacidad. El objetivo es agrupar la oferta y la logística de hasta 22 restaurantes digitales en un mismo espacio. A día de hoy, con solo dos marcas propias activas, han alcanzado los 100 pedidos diarios, y en las próximas semanas empezarán a llenarse las ocho cocinas de alquiler con capacidad para desarrollar otras 16 cartas de diversos tipos de comida con reparto y gestión centralizada.
«El éxito de la comida a domicilio reside en que la comida esté buena, que llegue a tiempo y en condiciones óptimas y que la presentación sea atractiva y ecológica», explica Di Placido. «En eso hemos trabajado: ofrecer espacios para restaurantes o cocineros que quieran especializarse en 'delivery'. Cocinas totalmente equipadas listas para trabajar, gestión eficiente de los pedidos para que desde que el cliente pide hasta que recibe su caja pasen entre 25 y 35 minutos máximo; posicionamiento en las principales 'apps', marketing y gestión de envases y de residuos. Los restaurantes pagan un canon de entrada, un alquiler de 950 euros mensuales y un royalty por los servicios que ofrecemos. Nosotros los posicionamos en el mercado y ofrecemos al cliente del delivery algo nuevo; poder incluir varios tipos de comida en un mismo pedido. Por eso buscamos diversidad de cocinas, calidad y proyectos con procesos de producción bien estudiados. Esto no es para principiantes. Tenemos muchas propuestas y planes de expansión en otras ciudades, porque somos pioneros en Europa, pero analizamos y elegimos. Queremos cocinas étnicas y de tendencia, pero también comida saludable y tradicional», añade.
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Otra innovación de Booh! es ampliar los canales de acceso de clientes. Están en las principales apps de comida a domicilio, pero además ofrecen la posibilidad de ordenar por teléfono y Whatsapp, a través de su web o físicamente en el local.
A diferencia de otras 'cocinas fantasma', Booh! ha optado por mostrarse al público. Exhibe un divertido logotipo con un fantasma y un vestíbulo acogedor a la entrada de su sede física en la calle Héroe de Sostoa. Un gran mostrador, personal joven, sofás y sillones y una pantalla de plasma colgada sobre la puerta de acceso a la zona de producción que recibe la información del progreso de pedidos desde las cocinas. «Esta parte está pensada para el cliente que viene a pedir su comida, pero sobre todo para facilitar el trabajo a los repartidores. Pueden descansar un momento, cargar el móvil, ir al baño y seguir el progreso de los pedidos», cuenta Di Placido.
Cruzando la puerta que comunica con el interior se accede al área de producción, con ocho cocinas preparadas para acoger la actividad de 16 restaurantes externos y una más grande que acoge los de marca propia, por ahora un mexicano y uno de poké y sushi. Al lado está el aparcamiento interior para proveedores y la zona de oficinas, donde trabaja el personal de marketing y administración. Al final de esa oficina hay una mesa llena de cajas y envases. «Todo nuestro packaging es ecológico», dice Di Placido. «Bolsas de papel, cajas y recipientes de cartón reciclado y plásticos de fécula de maíz. La presentación en el delivery es fundamental, porque no tienes a un camarero o un encargado que sea tu rostro; el cliente ha de sentirse cuidado al abrir una caja atractiva donde su comida esté en perfectas condiciones».
Ordenar, informar del progreso de los pedidos o agrupar por zonas para optimizar el reparto son algunas funciones del software desarrollado por Booh! El objetivo es optimizar el tiempo de respuesta.
Arriba, el vestíbulo y zona pública de Booh! para clientes y recogida de repartidores. A la izquierda, preparación de un pedido en la cocina principal.
Una de las ventajas de agrupar distintos restaurantes propios o asociados es pemitir al cliente ordenar distintos tipos de comida en un solo pedido.
Bolsas atractivas para personalizar con la imagen de cada restaurante y materiales biodegradables para cajas y envases.
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